Un nuevo informe de la UNESCO, publicado ayer jueves 7 de julio, señaló que, al paso actual, sólo uno de cada seis países conseguirá el Objetivo de Desarrollo Sostenible referente al acceso universal a una educación de calidad para el fin de esta década. Concretamente, la investigación advierte que unos 84 millones de niños y jóvenes seguirán sin asistir a la escuela para 2030 a menos que se tomen medidas efectivas inmediatamente.
Con datos del 90% de sus Estados miembros, la agencia de la ONU proyectó un aumento en el porcentaje de estudiantes con habilidades básicas de lectura al final de la escuela primaria, que sólo pasaría del 51% en 2015 al 67%. en 2030. No obstante este avance, el estudio estima que cerca de 300 millones de niños y jóvenes continuarán careciendo de las habilidades básicas de aritmética y lectura para tener mejores empleos y oportunidades en general.
Si bien la educación ya se encontraba en un estado crítico en muchos países, previo a la irrupción del coronavirus, la agencia señaló que la pandemia agudizó la crisis educativa. Es importante recordar que el acceso a la educación se trata de un derecho fundamental y en ningún caso puede ser entendido como privilegio. La educación es el presente y el futuro y, por tanto, nadie puede quedar fuera.
Los expertos alertan sobre una situación grave, especialmente, en los países más pobres. Sin embargo, también sostienen que, con voluntad política, se puede cambiar el rumbo y avanzar en la esfera de la educación. En este sentido, el informe llama a fortalecer la cooperación regional e internacional para que cada país pueda inspirarse en sus pares y desarrollar e implementar soluciones.
El documento recuerda que cuando se acordó la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, los países se comprometieron a alcanzar un nivel educativo de secundaria para todos. Sin embargo, poco más del 15% de las naciones cumplirá el compromiso. Más aún, en África subsahariana apenas el 40% de los jóvenes completará la escuela secundaria. La UNESCO afirmó que la comunidad internacional tiene la responsabilidad de redoblar los esfuerzos para cerrar las brechas y priorizar el financiamiento de la educación.
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