MAPFRE ha dado un paso más en su apuesta de protección medioambiental y ha convertido su sede social en “Residuo Cero”, un certificado que concede AENOR a las entidades que clasifican los residuos que generan para que puedan reutilizarse o reciclarse y no acaben en un vertedero. Gracias a Residuo Cero, al que han contribuido unos 2.500 empleados y distintos colaboradores, como el personal de limpieza y de mantenimiento, la empresa ha reciclado en un año un total de 40 toneladas de papel, 34 toneladas de envases y 15 toneladas de cartón, y ha generado energía a través de la clasificación de un total de 84 toneladas de residuos orgánicos.
Asimismo, ha gestionado 3 toneladas de residuos tecnológicos, que han sido reutilizados y reciclados, una medida con la que ha evitado la emisión de 7,8 toneladas de CO2 a la atmósfera. Cabe destacar que el proyecto Residuo Cero ha aportado otras ventajas dirigidas a promover el reciclado y la reducción de deshechos, como, por ejemplo, reducir el desperdicio de alimentos, reutilizar 241 equipos informáticos para uso interno y donar 600 equipos informáticos que estaban fuera de uso profesional a entidades sin ánimo de lucro y colegios para alargar su vida útil. También ha permitido habilitar estaciones de reciclaje en las cafeterías de los edificios e incorporar servilletas y vasos del café de material biodegradable.
La compañía inició este ambicioso proyecto a principios de 2021 en cuatro edificios de Majadahonda, en Madrid, lo que le ha permitido seguir protegiendo el medio ambiente, posicionarse como referente en sostenibilidad y sumar a su lema #LaParteQueNosToca, que representa su compromiso de construir un mundo más limpio, justo e igualitario. Desde el comienzo de esta iniciativa hasta hoy, MAPFRE ha instalado 122 nuevos contenedores para fomentar la segregación de residuos y su posterior reciclaje. Ha retirado, además, las papeleras con el objetivo de que sus empleados separen adecuadamente el número de residuos y eviten mezclar materia orgánica, mascarillas, envases, papel y tóner, entre otros. Todo ello le ha permitido “valorizar” o aprovechar el 92% de los residuos que genera la entidad para evitar que acaben en un vertedero y para que no produzcan emisiones de CO2.
La propuesta de cuidado del planeta y de reducción del impacto ambiental de la compañía es realmente integral. Con Residuo Cero, MAPFRE ha puesto en marcha un plan de formación y sensibilización para que sus trabajadores sepan clasificar correctamente e incrementen el uso de otros contenedores ya disponibles para reciclar papel, tóner, pilas y móviles, entre otros. Entre los mensajes que ha difundido destaca el hecho de que gracias al reciclaje se reduce la huella de carbono, se evita contaminar el agua, el suelo y el aire (ODS 6 y 13), se ahorran materias primas (ODS 12), se conservan los recursos naturales y los ecosistemas (ODS 15) y se protege la salud y el bienestar (ODS 3).
Si bien la compañía viene trabajando en esta línea desde hace años, el nuevo plan de Sostenibilidad de MAPFRE, 2022-24 es aún más ambicioso que los anteriores. Esta vez ha incorporado nuevas medidas para seguir disminuyendo la generación de residuos y establecer planes y programas de reducción paulatina en más oficinas y países, como, por ejemplo, México, Brasil y Puerto Rico. En 2022, la aseguradora seguirá impulsando medidas para reducir sus residuos un 5% e incrementar la ‘valorización’ de los mismos un 3%.