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La transición hacia un nuevo modo de producción y consumo es tan necesaria como urgente. En un escenario marcado por la emergencia climática, la economía circular emerge como una luz al final del túnel. En los últimos años, se han producido grandes avances en términos de conocimiento, concienciación y acción de gobiernos y empresas para pasar al modelo circular. Sin embargo, nuestro país está lejos de estar evolucionando en esta materia. Así lo afirma el tercer informe sobre economía circular elaborado por la Fundación Cotec para la innovación. El documento analiza la evolución y la situación actual de este modelo a nivel nacional y advierte que el mismo se encuentra estancado y muy por debajo del resto de países de Europa.
España, lejos de ser circular

La principal conclusión del informe “Situación y evolución de la economía circular en España” es clara: nuestro país necesita avanzar – y mucho-  en materia de economía circular. Si bien es innegable que ha habido avances, lo cierto es que aún queda un largo camino por recorrer. Como desde hace ya tres años, la Fundación Cotec para la innovación presentó una nueva entrega de su informe bienal de economía circular. El objetivo general de este informe es seguir realizando un seguimiento de la situación en España sobre la base de los indicadores disponibles, abordar un análisis detallado de las políticas puestas en marcha desde los distintos niveles administrativos y de las competencias y capacidades disponibles para llevar a cabo la transición circular, analizando en detalle las barreras y los elementos facilitadores para la transición

Los datos que se desprenden de la investigación alertan del estancamiento en los últimos cinco años de la transición a una economía circular, pese a la puesta en marcha de diferentes políticas y estrategias en distintos niveles administrativos y empresas, así como el mayor conocimiento del propio concepto de economía circular entre la ciudadanía.

Repasando brevemente el contexto y la realidad nacional, el informe explica que, en España, aunque con cierto retraso, se cuenta desde mediados de 2020 con la Estrategia Nacional “España Circular 2030”, cuyo primer borrador se publicó en febrero de 2018, salió a la luz a principios de junio de 2020 para lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos y competitiva. Además, se suma el lanzamiento de su primer Plan de Acción 2021-2023, y una Hoja de Ruta para la gestión sostenible de Materias Primas Minerales. Asimismo, el documento destaca que la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, actualmente, en tramitación parlamentaria, que será una pieza angular del desarrollo estratégico del nuevo modelo circular. En términos formales el panorama pareciera ser alentador, empero, la investigación afirma que este marco estratégico ha quedado, sin duda, condicionado por la crisis sanitaria y socioeconómica derivada de la Covid-19, pero también por la propia respuesta para la recuperación postpandemia.

En términos generales, se observan avances en la implementación de la Economía Circular en todos los niveles administrativos en lo que se refiere al desarrollo de políticas públicas a través de planes, programas y normativas.  Pero, a pesar de los avances, aún queda mucho por hacer según los expertos de Cotec para conseguir una verdadera economía circular con todos los elementos requeridos para un cambio sistémico de modelo.

La investigación de Cotec aporta datos que reflejan que aún España está lejos de ser circular. En este sentido, señala que en 2019 sólo un 10% de los requerimientos totales de material estuvieron cubiertos por material recuperado. Se trata, sin embargo, de una cifra cercana a la media de uso circular de materiales que registra la UE-27 (11,8%), aunque muy por debajo respecto a otros territorios como Países Bajos (30%) o Francia (20%). Finlandia es uno de los países que menos uso circular de materiales registra (6,3%).

Por su parte, la tasa de reciclado en nuestro país es del 35%, lejos del objetivo del 50% marcado por la Comisión Europea para 2020. Esta cifra sitúa al país por debajo de la media de la UE (48%) y lejos del nuevo objetivo para el año 2025, en el que los países de la Unión Europea tendrían que reciclar el 55% de los residuos municipales generados. Por último, respecto al tratamiento de residuos, en España el depósito de residuos en vertedero en 2019 fue del 54%, una cifra alejada del objetivo fijado por la UE de no superar el 10% para el año 2035. En el conjunto de la UE este indicador se redujo un 50% entre 2000 y 2019, pero aumentó el porcentaje de la incineración del 16% al 27%.

En paralelo a esta baja capacidad en el uso circular de materiales, se observa una tendencia de incremento en la generación de residuos en el conjunto de la UE-27. En el caso de España, que inició el siglo con un comportamiento favorable de reducción en la generación de recursos, desde 2012, lamentablemente, se ha invertido esa tendencia lo que refuerza la conclusión de que los buenos registros en algunas de las variables de circularidad de la economía española se han debido más a una cuestión coyuntural que a un cambio estructural en términos de uso e intensidad material y circularidad.

Ante estas cifras, los expertos advierten que, para transitar hacia otro modelo económico en el que la reducción de las necesidades materiales de la economía se produzca de facto, sería preciso pensar en términos de una modificación de las prioridades económicas y los estilos de vida para reducir la desmesurada dependencia material de la economía española aplicando los principios de la circularidad y repetirlos como un mantra: reducir y reutilizar antes que reciclar.

Así, el informe manifiesta que es urgente acelerar la transformación del modelo de gestión de residuos y dar mayor protagonismo a la prevención. Uno de los problemas que se identifica es que las medidas que se han ido adoptando han estado centradas, sobre todo, en la gestión de los residuos, donde persisten importantes puntos débiles. Pero son necesarios también mayores avances en las fases iniciales del ciclo productivo de ecodiseño, ecoinnovación, fundamentales cambiar los actuales patrones lineales de producción y consumo y para el avance de la circularidad. Igualmente, la investigación concluye que la normativa debe realizar una apuesta más decidida por el impulso de la prevención de residuos. La actual regulación de gestión de residuos debe tender a convertirse en un sistema jurídico con enfoque más amplio, focalizado en la gestión preventiva y eficiente de los recursos.

Finalmente, la publicación ha permitido identificar tendencias que apuntan hacia un cambio de modelo tanto en lo que se refiere a un uso más eficiente de los recursos, como a la gestión de los residuos. Sin embargo, se perciben también serias dificultades para modificar los patrones lineales del modelo de producción y consumo, lo cual resulta vital para que la transformación se efectiva. En este sentido, los expertos  de Cotec argumentan que las barreras detectadas tienen un carácter multidimensional que incluyen factores internos a las organizaciones; factores vinculados al mercado y las cadenas de valor; condiciones de entorno relacionadas con la existencia de instituciones, y disponibilidad de infraestructuras y tecnologías que puedan ofrecer soporte a las iniciativas de economía circular; factores vinculados a las políticas y la regulación, así como condicionantes económicos y financieros.

Hasta ahora, sostiene la publicación, considerando el gran potencial de la economía española como cuarto país europeo, los pasos dados para potenciar una circularidad sostenible en España han sido modestos. Acelerar la transición requiere realizar cambios importantes en determinados procesos si queremos alcanzar una transformación real y efectiva del modelo lineal a la economía circular.

Así, siguiendo las conclusiones del informe, queda claro que la tan anhelada aceleración de la transición hacia la circularidad no se podrá conseguir en España con el simple fomento de algunos elementos facilitadores o la implementación de regulaciones parciales en algunos sectores o áreas. Por el contrario, será fundamental utilizar de forma combinada cambios estructurales incrementales con cambios radicales, que supere la política y opte por una transformación que afecte de manera integrada a todos los sistemas sociotécnicos y ecológicos. El camino que queda por recorrer es largo y sinuoso, pero la recompensa de transitarlo lo valdrá.

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