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El director global de Negocio Responsable en BBVA ha resaltado el papel de la financiación en la transformación social y económica durante el I Encuentro Expansión-Construcía “El reto de las empresas ante la economía circular”. Entre otras cosas, Ballabriga ha defendido que no solo las empresas grandes, sino también las pymes, apuesten por la economía circular.

Antoni Ballabriga, Director global de Negocio Responsable en BBVA, ha participado del I Encuentro Expansión-Construcía “El reto de las empresas ante la economía circular” dejando importantes reflexiones en su intervención. En la jornada han participado distintos actores de un mismo debate. Antoni Ballabriga, en representación de BBVA, una entidad financiera; Aitor Jauregui, ‘managing’ director en BlackRock (gestión de activos); Xavier Guzmán, director general de Eco Intelligent Growth (consultoría de economía circular); y Eduardo Brunet, CEO y fundador de Greenward Partners (primera empresa de capital ecológico de España).

En primer lugar, Ballabriga ha resaltado que: “La circularidad es, junto con la eficiencia energética y la reducción de emisiones, el ámbito donde entendemos que una entidad financiera tiene más oportunidades de apoyar a la sociedad y a las empresas para hacer esa transición hacia una economía baja en carbono”. En este mismo sentido, el representante de BBVA afirmó que la transformación debe producirse no solo entre las empresas grandes sino también en el sector de las pymes. Al respecto, resaltó que: “Estamos viendo ya apetito por parte de empresas medianas con un enfoque claro en circularidad”, ha insistido. “Y BBVA está ahí, vinculando financiación a métricas de mejora de residuos o de emisiones de CO2. Hoy estamos firmando operaciones de medio millón, un millón, dos millones de euros con compañías como Sphere Spain, que tiene que invertir en una planta para fabricar bolsas biodegradables compostables”, ha puesto como ejemplo.

Asimismo, sostuvo que a BBVA le inspira tanto una firma como EcoAlf, que hace moda con reciclaje de plásticos y redes en el mar, y supone un modelo de negocio nuevo, como el modelo de Inditex, una muestra, a su juicio, de circularidad en su cadena de valor. Independientemente del tamaño, la idea es que “estas compañías vean al sector financiero como un aliado en sus políticas de sostenibilidad”, ha remarcado.

El Director global de Negocio Responsable en BBVA afirmó que en la banca han situado a la sostenibilidad como prioridad estratégica, con tres grandes visiones y aspiraciones. La primera aspiración es “movilizar, en nuestro rol de financiadores, el cambio que tenemos que hacer como sociedad y como economía, facilitando a las empresas, a las instituciones y a los ciudadanos la transición hacia una economía baja en carbono y más circular”. En este punto ha aludido al ‘Compromiso 2025‘ del banco de movilizar 100.000 millones de euros en financiación sostenible frente al cambio climático, entre 2018 y 2025. “Ya hemos conseguido movilizar 50.000 millones en los primeros tres años [uno antes de lo previsto]. Esperamos próximamente ampliar este objetivo”, ha enfatizado.

La segunda visión pasa por integrar esta apuesta en la propia gestión de la entidad. “Nuestra ambición es trabajar por el impacto de BBVA, y minimizarlo, en la sociedad y en el medioambiente; nos hemos fijado como objetivo ser un banco neutro en carbono para 2050, desde el punto de vista no solo de nuestras emisiones [BBVA ya es neutro en carbono por emisiones directas desde 2020], sino, también, de las que financiamos”. El director global de Negocio Responsable de BBVA ha avanzado que esperan definir objetivos concretos en ciertas industrias para finales de año.

Por último, Ballabriga expresó que, la tercera gran aspiración sería trabajar con todos los grupos de interés para asegurar que la transición sea factible. “Nosotros solos, poco podemos hacer. Hemos de abordar un cambio sistémico, a la escala que nuestro mundo necesita”, ha reflexionado.

Durante su intervención, también ha lamentado que aún no se le dé la suficiente importancia a la conexión entre cambio climático y circularidad. Y ello a pesar de que el 20% de emisiones que se necesitan neutralizar podrían ir de la mano de acciones de circularidad, según Ballabriga, basándose en datos de la Fundación Ellen MacArthur. Si el último informe de la Agencia Internacional de la Energía habla de la necesidad de invertir cinco billones de dólares al año en energía hasta 2030 para que el mundo camine hacia la neutralidad climática para 2050, un reciente análisis de Accenture calcula en otros cinco billones de dólares el beneficio que aportaría la economía circular.

“La clave está en adoptar soluciones financieras y de asesoramiento”, ha defendido Ballabriga. Pero “la circularidad no es tan fácil de medir, es muy sectorial”, ha admitido también. Además, en su opinión ve la necesidad de métricas claras, “robustas” y, para ello, la taxonomía de la Unión Europea “nos va a ayudar a medir actividad por actividad”. También saluda el soporte de herramientas ya existentes en el mercado como Circulytics, de la Fundación Ellen MacArthur. o Clime Transition Indicators, de World Business Council for Sustainable Development (WBCSD).

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