La desigualdad no ha hecho más que aumentar tras la pandemia y la población infantil lo sufre especialmente. El pasado jueves 4 de marzo, el Parlamento Europeo aprobó una resolución con 545 votos a favor, 24 en contra y 119 abstenciones que afirma que “Los niños son, ante todo, niños, con independencia de su origen étnico o social, género, nacionalidad, situación económica, aptitudes o condición de migrante o extranjero”. En este sentido, los Estados miembros deben invertir más en educación, sanidad, vivienda, apoyo familiar y atención a la infancia, garantizando que estos servicios lleguen a todos los niños y niñas del viejo continente.
El texto destaca que la crisis sistémica que se desató tras la llegada del coronavirus está afectando enormemente a los más pequeños, exacerbando el riesgo de pobreza, limitando su acceso a la educación, amenazando su salud física y mental e incrementando el peligro de ser víctimas de violencia y abuso. Es por esto, que las y los eurodiputados urgen a la Comisión a que presente, tal y como ha anunciado, una propuesta legislativa para crear una Garantía Infantil Europea en la primera mitad de 2021.
La educación es un derecho fundamental. Los países de la UE deben tomar medidas para garantizar el acceso a esta a todos los niños, evitar el abandono escolar temprano y asegurar la igualdad de género en el acceso a una educación de calidad e inclusiva desde la primera infancia, también para los niños con discapacidad y migrantes. "La educación digital nunca debe sustituir permanentemente al aprendizaje presencial", recalcan los eurodiputados, que también piden incluir en el currículum escolar información adaptada sobre sexualidad.
La situación de la población migrante es aún más compleja. Es por esto que la integración e inclusión de niños migrantes y refugiados debe ser prioritaria para los Estados. Los eurodiputados afirmaron que la realidad de los niños migrantes tanto dentro como fuera de las fronteras de la UE debe mejorar. Hay que dar prioridad a la reunificación familiar y a las adecuadas condiciones de recepción, eliminando obstáculos a los servicios básicos y a las medidas de integración. Los Estados miembros deben también evitar la detención de los menores y garantizar que los no acompañados cuentan con representantes legales y tutores.
Finalmente, el documento presentado hace una mención especial referida a la explotación sexual infantil. Los eurodiputados están especialmente preocupados por el abuso sexual contra los niños y niñas, que ha aumentado durante la pandemia, mientras que el acceso a los servicios sociales y las instituciones de protección se ha vuelto sumamente difícil. También critican que 23 Estados miembros no aplican todavía la directiva de 2011 sobre lucha contra los abusos sexuales y la explotación sexual de los menores y la pornografía infantil. Asimismo, la resolución pide asimismo acabar, en la legislación y en la práctica, con todas las formas de trabajo infantil, y con todas las formas de violencia y discriminación contra los niños, incluido el matrimonio forzado, la trata, la tortura, los crímenes de honor, la mutilación genital femenina, el incesto, el abandono escolar forzoso y el uso de niños como soldados.
Cuidar la infancia es cuidar el futuro. Hoy más que nunca Europa debe pensar la recuperación poniendo en el centro a las próximas generaciones.
