El último informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) La calidad del aire en Europa — Informe de 2020 indica que seis Estados miembros de la Unión Europea superaron el valor límite de la región para las partículas finas (PM2,5) en 2018: Bulgaria, Croacia, República Checa, Italia, Polonia y Rumanía y solo cuatro países de Europa —Estonia, Finlandia, Irlanda e Islandia — registraron concentraciones de partículas finas por debajo de los valores guía más estrictos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).El panorama es claramente alarmante, ya que indica que casi la totalidad de las y los ciudadanos de Europa se encuentran expuestos a altos niveles de contaminación.
El informe de la AEMA también ofrece una reseña sobre la relación entre la pandemia de y la calidad del aire. Este confirma evaluaciones anteriores y revela reducciones de hasta el 60 % de determinados contaminantes atmosféricos en muchos países europeos que aplicaron medidas de confinamiento en la primavera de 2020, sin embargo aún no hay evidencia que demuestre que esto ha sido suficiente para impactar positivamente sobre la salud humana.
Asimismo, la investigación que se basa en los últimos datos oficiales sobre la calidad del aire provenientes de más de 4 000 estaciones de vigilancia de toda Europa en 2018 señala que sigue habiendo divergencias entre los límites legales de calidad del aire de la UE y los valores guía de la OMS, una cuestión que la Comisión Europea pretende abordar con una revisión de las normas de la UE en el marco del plan de acción que apunte a la contaminación cero.
En 2018, la exposición a partículas finas causó alrededor de 417 000 muertes prematuras en 41 países europeos según la evaluación de la AEMA. Alrededor de 379 000 de esas muertes se produjeron en la EU-28, mientras que 54 000 y 19 000 muertes prematuras se atribuyeron al dióxido de nitrógeno (NO2) y al ozono troposférico (O3), respectivamente. Este panorama ha mejorado en los últimos años, desde 2000, las emisiones de contaminantes atmosféricos clave, incluidos los óxidos de nitrógeno (NOx) procedentes del transporte, han disminuido de manera significativa, a pesar de la creciente demanda de movilidad y del consiguiente aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector. También se han observado importantes reducciones en las emisiones contaminantes procedentes del suministro de energía, mientras que los avances en la reducción de las emisiones procedentes de los edificios y la agricultura han sido lentos.
Si bien aún queda mucho por hacer, estos datos muestran que las políticas tanto de la UE, como nacionales y locales, así como los recortes de emisiones en sectores clave, han mejorado la calidad del aire en toda Europa.Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA, expresó al respecto que “Los datos de la AEMA demuestran que invertir en una mejor calidad del aire es una inversión para mejorar la salud y la productividad de toda la ciudadanía europea. Las políticas y acciones coherentes con el objetivo de Europa de contaminación cero conducen a una vida más larga y saludable, así como a sociedades más resilientes.”
Se trata de una buena noticia que la calidad del aire está mejorando gracias a las políticas medioambientales y climáticas. No obstante, no se puede ignorar la parte negativa: el número de muertes prematuras en Europa debido a la contaminación atmosférica sigue siendo demasiado elevado y la exposición a la contaminación de la mayor parte de al población europea es grave. Es por esto que con el Pacto Verde Europeo se ha fijado la ambición de reducir a cero todos los tipos de contaminación. Para efectivamente alcanzar el éxito del pacto y proteger plenamente la salud de las personas y el medio ambiente, será indispensable reducir aún más la contaminación atmosférica. Para contribuir al cumplimiento, la Comisión Europea ha publicado recientemente una hoja de ruta sobre el plan de acción de la UE «contaminación cero», que forma parte del Pacto Verde Europeo.