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La contaminación por el uso de plásticos y los desechos de plásticos son uno de los principales problemas ambientales. Si bien lo ideal es intentar reducir al máximo su utilización, hay algunos productos plásticos que son indispensables. Por eso, en los últimos años, se han incorporado al mercado nuevos productos que aseguran ser mejores para el medioambiente. Almut Reicher, experta en el uso de sostenible de los recursos y residuos de la Agencia Europea del Medioambiente, explica cuáles son mejores y porqué.

El mercado se ha hecho eco de las demandas medioambientales y ha generado productos de bioplástico, plástico biodegradable y plástico compostable. Pero muchas veces no sabemos con exactitud en qué medida estos son efectivamente respetuosos con el medioambiente. Almut Reicher, experta en el uso de sostenible de los recursos y residuos de la Agencia Europea del Medioambiente (AEMA) explica explica que la prevención y reducción de los desechos de plásticos deberían ser, sin duda, nuestra máxima prioridad, y necesitamos aumentar nuestros esfuerzos en evitar dichos desechos, ya que no dejan de aumentar. Los plásticos son una buena opción para muchos productos. Sin embargo, tenemos que diseñar y usar estos plásticos de manera circular, además de asegurarnos de que pueden ser y serán reciclados a una escala mayor que la de hoy en día.

En primer lugar, debemos entender las diferencias entre estos tipos de plásticos. Los plásticos biodegradables o compostables se fabrican a partir de materias primas biológicas o fósiles, mientras que los bioplásticos pueden diseñarse para que sean compostables, biodegradables o ninguna de estas opciones, explica la experta. La sostenibilidad de los materiales biológicos, al igual que los plásticos de origen fósil, depende de las prácticas de producción, la vida útil de los productos y su tratamiento tras el fin de su vida útil. Los productos de plástico biodegradable y compostable pueden, en ciertos casos y para ciertos usos, ayudar a reducir la contaminación por el uso de plásticos en el medioambiente. Pero, por sí solos, están lejos de ofrecer una solución a los desafíos actuales, en Europa, relacionados con los plásticos.

En este sentido, la especialista resalta que hay mucho desconocimiento sobre estos productos de plástico y sobre lo que implican y pueden ofrecer. Es importante que la gente conozca y entienda estas diferencias. La desinformación es peligrosa. Si los consumidores piensan que los embalajes etiquetados como bioplásticos pueden convertirse en compost y tirarse en el cubo de los residuos orgánicos, pueden incrementar de hecho la contaminación por el uso de plásticos.

Los productos de plástico compostables a nivel industrial están diseñados para biodegradarse bajo ciertas condiciones específicas y controladas en plantas de compostaje industriales. No se convierten necesariamente en compost (completo) en los compostadores domésticos, que normalmente alcanzan temperaturas menos elevadas y donde varían mucho las condiciones como la humedad o la presencia de microorganismos.

Los nuevos productos plásticos proponen un universo nuevo de desafíos y oportunidades. Es por esto, que la experta sostiene que es importante considerar para qué productos es adecuado usar plásticos biodegradables o compostables y en qué otros casos estos pueden resultar más perjudiciales que beneficiosos. Por ejemplo, el uso de bolsas de plástico compostable para la recogida de residuos alimentarios parece aumentar el índice de recogida de residuos alimentarios, ya que los consumidores lo encuentran más cómodo de esta manera.  Por otra parte, en una economía circular, todos los plásticos se deberían reciclar nuevamente como plásticos, como opción preferente. Cuando se hace compost con un producto de plástico biodegradable o compostable, no se puede crear más plástico a partir del mismo, y toda la energía usada para producirlo se pierde.

La Comisión Europea publicó en 2018 su Estrategia europea para el plástico en una economía circular. La estrategia insta a la UE a reducir los desechos de plásticos para asegurarse de que los productos de plástico se diseñan para ser reciclados y para invertir en medidas de reciclaje de plástico, entre otras. Además, la Directiva sobre productos de plástico de un solo uso de 2019 restringe la entrada de ciertos productos de plástico de un solo uso al mercado de la UE y exige reducir el consumo de otra serie de productos. Esos requisitos también se aplican a productos de bioplástico, plástico biodegradable y plástico compostable.

Finalmente, sobre los plásticos con propiedades biodegradables, el Plan de Acción de la UE para la Economía Circular de 2020 concibe la creación de un marco de políticas claras, que incluyan normas armonizadas que definan y etiqueten los plásticos biodegradables y compostables y descubran en qué usos presenta más ventajas medioambientales el uso de estos plásticos. Ahora, debemos asegurarnos de que estas políticas se implanten de manera correcta en toda Europa.

Aún queda un largo camino por recorrer para lograr la preservación de nuestro planeta. Un buen primer paso es formándonos, la desinformación puede tener graves consecuencias.

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