Temas como la familia, la educación, la sanidad o la inmigración suelen ser controversiales y despertar opiniones encontradas. La sociedad española, ha registrado en muy poco tiempo un gran cambio en estos tópicos hacia valores más plurales y abiertos. Datos de encuestas revelan que el nivel de aceptación de cuestiones tales como la cohabitación o el divorcio se asemejan ya al de Suecia, Alemania o EEUU.
La publicación editada por Funcas, dedicada a la opinión pública, permite a partir del análisis de datos, conocer cómo es, cómo se comporta y cómo cambia la sociedad, para de este modo presentar el retrato de la sociedad española y su evolución a lo largo de los últimos años. Algunos de los resultados más interesantes fueron los expuestos por Luis Ayuso, quien subraya en dicha publicación que en España los niveles de tolerancia en ciertos aspectos son similares, incluso superiores, a los que se observan en países más avanzados. Así, por ejemplo, nuestro país se asemeja a Suecia tanto en relación a la opinión sobre tener hijos fuera del matrimonio (solo un 31% de la población española frente al 27% de la sueca se mostraba en contra en 2012) como de la cohabitación (los porcentajes de apoyo son del 86% en España y del 84% en Suecia). En el caso del divorcio, los países más tolerantes en 2012 eran España (83%), Alemania (71%) y Chile (63%).
Por su parte, Ana M. Guillén y David Luque, analizan en otro artículo la opinión pública respecto al Sistema Nacional de Salud y muestran cómo, a pesar de que la valoración sobre el funcionamiento del sistema empeoró durante la crisis, el grado de satisfacción se ha mantenido prácticamente constante, lo que en principio evidencia un elevado apoyo ciudadano al sistema. Otro ámbito de interés es el de las preferencias ciudadanas entre los servicios sanitarios públicos y privados. Independientemente de disponer de un seguro privado, si se permitiese elegir el tipo de asistencia en los distintos servicios sanitarios, la mayoría de encuestados (en torno a dos de cada tres) elegirían la atención pública tanto en Atención Primaria, como en Atención Hospitalaria y Urgencias.
La temática de la inmigración es un tema que preocupa al mundo entero. Sobre este aspecto se ocupó Berta Álvarez-Miranda, quien analiza en su artículo que en España la inmigración es considerada como uno de los principales problemas del país. El análisis de los datos muestra que el indicador es sensible a los cambios en la agenda informativa: los momentos de mayores menciones a la inmigración están relacionados con las movilizaciones contra la reforma de la ley en 2001 (29,5%) y con la crisis de los cayucos en 2006 (59%). Sin embargo, esta cuestión se ve relegada a porcentajes muy menores durante la crisis de 2008-2013. Hay una llamativa diferencia generacional en esta percepción. Los más jóvenes, entre 18 y 25 años, tiendan en menor medida a incluir la inmigración entre los tres primeros problemas del país: solo un 6,5% la mencionan. Por el contrario, la inmigración preocupa más a las personas de edades intermedias, hasta un 10% de entre quienes tienen entre 36 y 55 años.
María Fernández-Mellizo, otra de las investigadoras aborda la temática de la enseñanza, sobre la cual las encuestas arrojan datos algo contradictorios respecto a las preferencias sobre el sistema educativo público o privado. Al ser preguntados por qué centros de enseñanza prefieren, la mayoría se inclina por la enseñanza pública. Sin embargo, preguntados específicamente por determinados aspectos educativos, la educación privada suele salir ganadora. Sin embargo, las encuestas muestran un alto grado de acuerdo sobre los objetivos, los problemas y las medidas para mejorar la enseñanza. El problema más mencionado es la conflictividad y la falta de disciplina en los centros, y la principal medida que se defiende para mejorarla consiste en elevar el nivel de conocimientos exigidos. Asuntos como el incremento de la calidad o la visión de que la escuela debe transmitir valores, además de conocimientos, también suscitan el acuerdo general.
Finalmente, otro artículo interesante lo presenta Félix Requena, quien enfoca la atención en la medición de los sentimientos de felicidad. El investigador explica que situaciones de insatisfacción y de infelicidad personal implican peores resultados en ámbitos como la creatividad y productividad, que redundan en el mejor funcionamiento de un país. Por ello, resulta útil analizar estos sentimientos e identificar las características sociales de los grupos que presentan niveles más bajos de bienestar subjetivo, con el fin de orientar hacia ellos las ayudas públicas que puedan contribuir a mejorar su situación.