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Mantener las costas libres de basuraleza y conocer cómo afecta su invasión a los espacios naturales marinos es la razón de ser que impulsa, por tercer año consecutivo, ‘1m2 por las playas y los mares’, la campaña de ciencia ciudadana del proyecto LIBERA, la iniciativa de SEO/BirdLife en alianza con Ecoembes. Hasta el 22 de septiembre, cualquier organización, asociación, entidad o colectivo puede participar creando puntos de recogida de basuraleza. Las recogidas de residuos abandonados se llevarán a cabo del 28 de septiembre al 6 de octubre.

En la edición pasada se lograron recoger 23 toneladas de basuraleza en 103 puntos marinos gracias a la colaboración de más de 3.500 voluntarios. Tras el éxito de las dos primeras ediciones de la campaña de ciencia ciudadana del Proyecto LIBERA para conocer en profundidad este grave problema que amenaza a la biodiversidad. Hasta el 22 de septiembre cualquier organización, asociación o entidad puede registrarse a través de la página web proyectolibera.org y crear puntos de recogida de basuraleza en playas y mares.

Con la puesta en marcha de esta campaña, el objetivo es recoger la basuraleza de estos entornos para luego caracterizarla y recopilar datos que permitan conocer el volumen, la cantidad y la tipología de residuos encontrados, tanto de las basuras flotantes como de las depositadas en las playas y en los fondos marinos con el fin de plantear estrategias más eficientes y efectivas para acabar con este problema ambiental.

Para llevar a cabo esta ardua tarea, se emplea la aplicación móvil MARNOBA, desarrollada por la Asociación Vertidos Cero y KAI Marine Services, que sirve para recopilar, almacenar y mostrar información sobre las basuras marinas de las costas y los mares de España. Una vez que se obtienen todos los datos de la campaña, estos se integran en la base de datos del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO). 

Lo más sorprendente a lo largo de estas dos ediciones ha sido el impacto de las colillas. De todos los residuos encontrados en las playas destaca la presencia de las colillas que, según recoge el informe sobre la presencia de colillas en espacios naturales realizado en el proyecto LIBERA, constituyen un grave problema ambiental. 

Según las campañas como ‘1m2 por las playas y los mares’ o ‘1m2 por el campo, los bosques y el monte’, desarrolladas por el proyecto LIBERA, de los 6 billones de cigarrillos que se fuma en todo el mundo cada año, 4,5 terminan depositados en la naturaleza. Así lo demuestran los resultados de las labores de caracterización de ediciones pasadas, la colilla es uno de los residuos más encontrados en estos ecosistemas, seguido, entre otros elementos, de las toallitas húmedas.

Este tipo de residuos, provenientes del entorno terrestre, llegan principalmente por los cauces fluviales hasta acabar en el mar y el efecto contaminante de las colillas puede durar entre siete y 12 años e incluso puede llegar hasta los 25 años, según el informe de 2017 de la Asociación Profesional de Playas y Medio Ambiente. Las colillas contienen cadmio, arsénico, alquitrán, tolueno; sustancias que, al entrar en contacto con el agua, tiene efectos devastadores en la naturaleza, provocando un grave impacto en la calidad del agua afectando a la flora y fauna que dependen de este medio.

Según datos de la organización Whales Alive, cada colilla puede llegar a contaminar hasta 10 litros de agua salada y hasta 50 litros si es agua dulce. En las aves y los cetáceos, la ingesta de colillas es habitual, y puede causar toxicidad directa, o incluso saciedad que puede conducir a la muerte por inanición.

“Necesitamos conocer con precisión cual es estado de nuestros mares y playas para poder llevar a cabo campañas de conservación o sensibilzación efectivas. Es emocionante ver como cada año miles de héroes salen a las playas de forma altruista no solo a recoger basura sino a ayudarnos a engordar la base de datos científica con la que poder trabajar desde el conocimiento”, afirma Miguel Muñoz, coordinador del proyecto LIBERA de SEO/BirdLife.

Desde Ecoembes, la coordinadora del proyecto LIBERA, Sara Güemes asegura que: "Conocer las consecuencias que los residuos abandonados producen en nuestras costas nos sirve, ante todo, para poner el foco en la prevención y la concienciación. La crisis climática presente solo significa que debemos pasar a la acción. Si sumamos esfuerzos, cada pequeño gesto se convierte en un gran paso en nuestra lucha contra la basuraleza, donde el mayor beneficiado será el planeta en el que vivimos”.

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