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Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el mundo produce al año hasta 50 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos (e-waste), un peso superior al de todos los aviones comerciales fabricados hasta la fecha.

El informe de la Plataforma para Acelerar la Economía Circular (PACE) y la Coalición de Residuos Electrónicos de las Naciones Unidas de enero 2019 alerta de una producción mundial de desechos electrónicos en curso que alcanzará los 120 millones de toneladas por año para 2050 si las tendencias actuales continúan. 

De los datos extraídos del estudio, el valor anual de los desechos electrónicos mundiales es de más de 62.5 mil millones de dólares, lo que equivale a más del PIB de la mayoría de los países. En 2017, a nivel mundial se produjeron más de 44 millones de toneladas de residuos electrónicos y eléctricos, representando más de seis kilogramos por cada persona en el planeta que sería equivalente en peso a todos los aviones comerciales construidos hasta la fecha.

Además, el informe revela que menos del 20% de los desechos electrónicos se recicla formalmente y el 80% termina en vertederos o se recicla de manera informal, acabando la mayoría en países en desarrollo que expone a los trabajadores a sustancias cancerígenas y peligrosas como el mercurio, el plomo y el cadmio. Este tipo de desechos está contaminando el suelo y las aguas subterráneas y debilitando los sistemas de suministro de alimentos y las fuentes de agua.

La basura electrónica además de tener impactos negativos en la salud y la contaminación, su gestión inadecuada está generando una pérdida significativa de materias primas escasas y valiosas como el oro, el platino y el cobalto. Por ejemplo, el estudio demuestra que hasta un 7% del oro mundial puede estar contenido actualmente en desechos electrónicos, con 100 veces más oro en una tonelada de desechos electrónicos que en una tonelada de mineral de oro.

Ambas organizaciones como PACE, la Coalición sobre Residuos Electrónicos de las Naciones Unidas, ONU Medio Ambiente, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial, el Foro Económico Mundial y el Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, exigen una revisión del sistema electrónico actual y proponen una economía circular en la que los recursos no se extraen, utilizan y descartan, sino que se valoran y reutilizan de manera que minimizan los impactos ambientales y crean empleos decentes y sostenibles.

De las soluciones que proponen estos actores están el diseño de productos duraderos, sistemas de recompra y devolución de productos electrónicos usados, la 'minería urbana' para extraer metales y minerales de desechos electrónicos y la 'desmaterialización' de productos electrónicos mediante el reemplazo de la propiedad absoluta del dispositivo con modelos de alquiler y arrendamiento con el fin de maximizar las oportunidades de reutilización y reciclaje de productos.

Para enfrentar el reto de la basura electrónica, el Gobierno de Nigeria, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y ONU Medio Ambiente anunciaron en enero de 2019 una inversión de 2 millones de dólares americanos para iniciar la industria formal de reciclaje de desechos electrónicos en Nigeria. Según la Organización Internacional del Trabajo, hasta 100.000 personas trabajan en el sector informal de desechos electrónicos en este país africano, por lo tanto con esta inversión se espera que ayude a crear un sistema que formalice este mercado laboral ofreciendo un empleo seguro y decente, al tiempo que captura el valor existente en las 500.000 toneladas de desechos electrónicos que se eliminan en Nigeria anualmente.

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