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Una escuela de la localidad de Mar Chiquita, al sureste de la provincia de Buenos Aires está transformando el aula hacia el desarrollo sostenible. Esta escuela cuenta con más de 80 alumnos, está construida con materiales reciclados, tiene una huerta interior, utiliza energías limpias y capta el agua de lluvia para reutilizarla al máximo.

Hace un año de la apertura de la primera escuela pública sostenible de Argentina en la localidad de Mar Chiquita, al sureste de la provincia de Buenos Aires, como resultado de un proyecto conjunto entre la sociedad civil, el sector público y la colaboración de Ala, Disney y DIRECTV. 

La construcción del edificio de la escuela pudo realizarse gracias al apoyo de 200 voluntarios de distintos países que llegaron a Mar Chiquita en marzo de 2018, cumpliendo con creces la misión de acabar la escuela en tan solo 60 días junto al esfuerzo de la comunidad local y bajo la dirección de la organización Tagma. 

La escuela Nº12 de Mar Chiquita cuenta con más de 80 alumnos de entre 6 y 12 años y está construida con materiales reciclados, tiene una huerta interior, utiliza energías limpias y capta el agua de lluvia para reutilizarla al máximo. También se mantiene una temperatura estable todo el año de entre 18° y 25° por las características de su construcción, sin necesidad de usar estufas, ventiladores y aires acondicionados. 

En este primer año de actividad ha sido muy dinámico, los alumnos de la escuela sostenible participaron en distintos talleres para adentrarse en el funcionamiento del edificio. Los habitantes de Mar Chiquita también se interesaron por la iniciativa y organizaron y participaron en las distintas actividades comunitarias que tuvieron lugar en el edificio de la escuela. En lo que va de año, aproximadamente 10.000 personas visitaron la escuela y conocieron más sobre sus principios sostenibles.

Para celebrar este primer año de gran éxito, este 16 de mayo se están organizando distintas actividades en la localidad de Mar Chiquita. Los alumnos de la escuela acogen y guían a los distintos grupos que vienen a visitar las instalaciones, contando cómo funciona cada rincón, así como detallando los principios sostenibles que se han aplicado en la construcción. Se prevé otra actividad que gire en torno a la plantación y la construcción de juegos infantiles en el jardín de la escuela, además de la constitución de un Club de Reparadores que enseñe a la comunidad a reutilizar y reparar objetos con el fin de prolongar su vida útil y promover estilos de vida más sostenibles.

Este gran ejemplo de proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de Ala, reforzando su compromiso histórico con proyectos que promueven el desarrollo participativo. En un mundo donde cada vez hay menos tiempo para experiencias reales, este proyecto se alinea con su iniciativa Aprendiendo al Aire Libre, un movimiento global de Ala que propone hacer del aprendizaje y del juego al aire libre un ejemplo, atrayendo en los últimos meses, a más de 30.000 chicos de 300 escuelas argentinas, donde han podido explorar por ellos mismos el mundo que les rodea. 

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