Una empresa social es aquella que gana dinero al mismo tiempo que aborda los retos sociales. En España, el ecosistema del emprendimiento social cada vez está cogiendo más fuerza. Sin embargo, queda camino por recorrer para llegar al nivel de desarrollo de este sector en países como Reino Unido o Alemania, sobre todo en temas de legislación. Esto no quiere decir que no haya emprendedores sociales con buenos proyectos. Todo lo contrario. El Instituto de Innovación Social de ESADE y el BBVA acaban de presentar la publicación “Un recorrido por 47 empresas sociales: inspiración y aprendizaje”, un documento que recoge fichas informativas de todos los emprendedores de Momentum. Un libro que dibuja el emprendimiento social en España y que muestra que todas las personas pueden tener ideas brillantes. El reto y lo que marca el éxito es la ejecución.
Dar a conocer las motivaciones para emprender es fundamental para entender por qué ciertas personas prefieren crear empresas sociales en lugar de tradicionales. Además, esto anima a dar el paso a aquellos que hayan pensado alguna vez de forma parecida, señala Alfred Vernis, profesor titular de ESADE. Así, esta publicación recoge cinco puntos que definen las motivaciones a la hora de crear empresas sociales. La primera, personas que quieren ser independientes y ser sus propios jefes; la segunda, aquellos que están insatisfechos por cómo se hacen las cosas en su sector; luego, los que quieren cambiar el mundo; los generosos que quieren ayudar a crear empleo de impacto positivo y gente que quiere salir de su zona de confort diaria.
Facilitar a las personas con discapacidad visual y/o auditiva el acceso a los contenidos audiovisuales, dar trabajo a personas en riesgo de exclusión e integrar socio-laboralmente a mujeres en riesgo de exclusión laboral: son algunos de los retos sociales que persiguen algunas de las organizaciones incluidas en este libro. Para empresas como Aptent, Huertos de Soria y SoulEM, la rentabilidad económica tiene que venir acompañada del impacto positivo en la sociedad. Ésa es la forma que tienen de medir el éxito. “Las 47 empresas de esta publicación son una fuente de inspiración, están transformando vidas”, destaca Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA. Un impacto positivo que se generará con mucha innovación social y un gran esfuerzo; a las empresas sociales les cuesta mucho escalar.
“La falta de financiación, con matices diferentes en función de la empresa social y del equipo emprendedor al frente, ha sido una de las barreras importantes que hemos encontrado en las empresas de Momentum a la hora de crecer”, revela Alfred Vernis. La segunda barrera tiene que ver con la aversión al riesgo: no todos los emprendedores están dispuestos a endeudarse y los riesgos que conlleva. La organización interna de las empresa (saber delegar), la gestión empresarial y la atracción del talento(los sueldos no suelen ser elevados ) son otros de los elementos que impiden el crecimiento. Sin olvidar la inexistencia de un mercado sólido para el producto o servicio que ofrecen, “muchas de las empresas sociales son pioneras en sus campos de actuación, pero para ser sostenibles tienen que crear mercado”, apunta Vernis.