Cuatro de cada diez personas de entre 20 y 24 años que quieren trabajar no pueden hacerlo por falta de oportunidades y más de la mitad de los jóvenes ocupados están empleados bajo modalidades de contratación temporal. Son algunas de las preocupantes cifras que proporciona el estudio El camino hacia el empleo juvenil. Qué puede hacer la empresa elaborado por el Observatorio Empresarial contra la Pobreza que cuenta con el apoyo de Telefónica, Fundación Bancaria laCaixa, BBVA y Endesa. El informe resalta la dureza con que la crisis ha tratado a los jóvenes en lo relativo al empleo y la infrautilización de las becas.
La ausencia de empleo tiene consecuencias muy importantes sobre los niveles de vulnerabilidad social de los jóvenes. El 58% de los que están desempleados en España se encuentran en riesgo de exclusión social. Paradójicamente, las empresas tienen verdaderos problemas para encontrar determinados perfiles de empleados. "El proceso de revolución tecnológica y de especialidades técnicas en el que está inmerso la empresa exige como prioridad estratégica contar con personas especialmente preparadas y motivadas que sean capaces de responder a los retos presentes y futuros que la realidad empresarial plantea", explicó Sandalio Gómez, profesor emérito de Dirección de Personas en las Organizaciones en IESE y uno de los responsables de la investigación, durante la presentación del estudio.
Existe un desajuste entre la formación que se imparte en los sistemas educativos y la demanda laboral. La Formación Profesional no tiene buena consideración social y los universitarios recién titulados tienen serios obstáculos para encontrar oportunidades laborales. La ausencia de empleo o los contratos de baja calidad llevan consigo importantes efectos en su desarrollo personal y vital, exponiéndolos a una situación de vulnerabilidad. "Todo ello desemboca en una pérdida de capital humano, desigualdad social y menor cohesión", subrayó Leticia Henar, Jefa de Proyectos en el Área de Estudios e Innovación Social de Fundación Tomillo. Con esta tesitura, las compañías españolas tiene que apostar de forma estratégica por el empleo juvenil. Pero no de cualquier manera. No vale sólo con la acción social, tienen que hacerlo desde el nucleo del negocio. "Tanto para mejorar su competitividad como para acabar con un problema social de primera magnitud", resaltó María Jesús Pérez, Subdirectora General de Fundación CODESPA. Eso sí, no pueden hacerlo solas; deben mediante alianzas y contando con los propios jóvenes.
El documento propone una serie de medidas que las empresas pueden llevar a cabo, junto a la administración y el tercer sector, para mejorar el actual escenario del desempleo juvenil. Son las siguientes: