La Escuela de Alta Dirección y Administración, EADA, y la Fundación SERES han trabajado conjuntamente en los últimos meses para desarrollar un modelo y una herramienta que busque cómo resolver los interrogantes que surgen cuando se habla de la medición del impacto social. El resultado es el Modelo IC EADA – SERES, un trabajo que se basa en el modelo de capacidades del filósofo y economista bengalí Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, que mide y evalúa la calidad de vida y bienestar.
La implementación de la herramienta IC – EADA SERES tiene el reto de medir, mejorar y optimizar el impacto social, identificando todos los elementos y todas las fases que deben considerarse: desde el diseño del programa de RSE hasta el cálculo de índices incluyendo todos los aspectos de eficiencia y eficacia de la Responsabilidad Social Empresarial/Corporativa. Este modelo proporciona una definición de impacto social entendido como una generación y mejora en el desarrollo humano, basado en capacidades y calculando un retorno social de esas capacidades. Asimismo, se sustenta en datos primarios, en cuestionarios a los beneficiarios (investigación primaria) y en datos secundarios. Los autores entienden el concepto de capacidad según el enfoque de capacidades de Amartya Sen, premio Nobel de Economia, y consta de varios elementos: funcionamientos, factores de conversión, bienes y recursos.
La profesora Elisabet Garriga de EADA Bussiness School, directora del centro for Corporate Sustainability Impact, creadora del modelo destacó en un seminario de trabajo en la sede de Ecoembes esta semana, que con el IC EADA-SERES es posible identificar todos los niveles de impacto social en los beneficiarios (personal, familiar, social y laboral) y que “la medición de impacto en base a las capacidades, permite la comparación entre programas de RSE, de forma temporal y observar su evolución”. A continuación los proyectos de RSE de seis empresas, con la colaboración de distintas ONG, que han servido para contrastar la validez del modelo:
DKV Seguros – Fundación Thao. Un programa que tenía como objeto la prevención de la obesidad infantil en España, era un plan municipal que implicaba la actuación de todos los grupos de interés (colegios, centros de salud, biblioteca, centros de ocio, mercados)
Citi – Fundación Carmen Pardo- Valcarcel. Cuya meta es la formación emprendedora de las personas con discapacidad
Ferrovial – Ayuda en Acción. Construir una infraestructura de agua en Quidbo (Colombia) con formación para la gestión de ayuda en acción
Desigual – Mutua Madrileña – Fundación Exit. Programa EdUO. Formación dual: formación integral de jóvenes en riesgo de exclusión social completada con prácticas en empresas
Banco Popular Fundación – Prevent. El objetivo del programa es la formación de emprendimiento, nivel Master con ESADE, a personas con discapacidad
Fundación “la Caixa”. CiberCaixes solidàries: programa de informática e internet, para presos de tercer grado para ayudarles en la reinserción laboral
La Escuela EADA y la Fundación SERES ya presentaron en 2013 una primera investigación titulada “Impacto Social: Un modelo en base a capacidades” que profundizaba en la evaluación de los programas de RSE. Tal y como señala la directora de la Fundación SERES, Ana Sainz, no se puede esperar al final de un programa de RSE/RSC para medir el impacto social, ahora este modelo permite introducir aspectos de mejora y de optimización del programa de RSE desde el comienzo. “El objetivo es unir el mundo económico con el social; la única manera de cambiar el mundo. Y que llegemos a dar tanta importancia a los intangibles como a los tangibles”. En Barcelona, este mes de octubre se conocerán más detalles del mismo, pero ya avisan sus creadores que no siempre es necesario medir el impacto social de un programa de RSE y que hay confiar en largo plazo para ver resultados.