En lo que a impactos positivos se refiere, esta semana Heineken se alza con el primer puesto, consiguiendo que más del 90% de la información recogida tenga una polaridad positiva. Le siguen Unilever y Calidad Pascual, que continúan haciendo gala de su buena comunicación en la redes y de la generación de información positiva de la que se nutren los medios de comunicación. Siemens y Seguros Catalana Occidente completan el podio.
Las empresas que reúnen más impactos negativos no sufren variaciones, siendo el sector de las telecomunicaciones protagonista una semana más. Los primeros cuatro puestos son para Vodafone, Jazztel, Bankia y Orange, respectivamente. El quinto puesto ha recaído sobre Pescanova, que ha sido noticia por revisar a la baja en un 16% su beneficio.
Sin embargo, la atención de esta actualización recae sobre el sector textil, que ha tenido un gran movimiento en las redes después de que miles de usuarios criticarán la falta de responsabilidad de algunas marcas hacia problemas como la anorexia o la bulimia.
Los usuarios de Twitter critican que las principales marcas de moda española no ofrecen productos de forma continua para personas que utilicen algo más que la talla 44. Esto, unido a que el patrón de tallas es cada vez más pequeño, ha sido motivo de crítica al contribuir de forma constante a que miles de mujeres (y por qué no también hombres) sufran cada día una discriminación absurda en relación a su peso.
Es normal consumir información y moda tal y como se presenta sin recaer en las dificultades a las que se enfrentan miles de personas para poder encontrar ropa de “su talla”. Por suerte, existen cada vez más personas que alzan la voz en contra de este mandato, alegando la responsabilidad que tiene las compañías textiles con la sociedad.
El caso nacional más sonado últimamente ha sido el de Anna Riera, una estudiante de psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona, que en noviembre de 2015 pidió la retirada de maniquíes anoréxicos de la marca Lefties, del grupo Inditex, ya que según ella, la extrema delgadez que mostraban era un “ideal imposible de belleza”. Esto desembocó en que más de 100.000 personas firmaran una petición en “Change.org”, ya que la joven apelaba a “la necesidad de concienciar a la industria textil del calado que este tipo de acciones tiene en la sociedad y del impacto que genera, corriendo el riesgo de conseguir que ciertos miembros de la sociedad se sientan inferiores y despreciables por no verse reflejados en ese canon".
Ahora, su nueva lucha se centra en que todas las marcas de Inditex incluyan “tallas como la 44 y 46, exentas en algunos productos. Y conseguir eliminar la imagen negativa que los jóvenes tenemos de nosotros mismos", tal y como ha declarado para El Español.
Con esto se puede ver como la sociedad cada día demanda a las empresas que jueguen un rol activos ante ciertas amenazas, a las que, directa o indirectamente, ellos contribuyen. De no ser así, es posible que un consumidor cada vez más concienciado destine sus esfuerzos de compra hacia otras marcas más responsables.