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Las grandes compañías eléctricas de cinco países de la UE podrían obtener unos beneficios injustificados, equivalentes a más del doble del Producto Interior Bruto (PIB) de Eslovenia, durante la segunda fase del mercado europeo de derechos de emisión (ETS, sus siglas en inglés), según denuncia un informe de WWF/Adena.
La quema de carbón para generar electricidad es la causa de que se emitan 1.000 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año en Europa, cantidad equivalente al 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE. Sin embargo, su importancia en el sector eléctrico europeo parece que se va a incrementar. WWF/Adena afirma que "esta forma muy contaminante de producir electricidad" seguirá ganando millones de euros gracias al ETS, cuya finalidad era en su origen la reducción de las emisiones.

"Actualmente, existen planes para construir 40 nuevas centrales de carbón en Europa en los próximos cinco años. Su vida útil se espera que sea de 50 años o más, y nos podría condenar a décadas de incrementos en las emisiones", advierte Sanjeev Kumar, coordinador del ETS de WWF. "Ahora más que nunca, es vital que el sector eléctrico esté obligado a afrontar el precio real del carbono, antes de que el medio ambiente tenga que pagar por ello".

Beneficios de hasta 71.000 millones

La organización ecologista ha encargado a la consultora Point Carbon un estudio para evaluar el potencial y la magnitud de los "beneficios injustificados" en los sectores eléctricos de Alemania, Reino Unido, España, Italia y Polonia. Durante la segunda fase del ETS, hasta 2012, el informe llega a la conclusión de que este tipo de beneficios para el sector eléctrico en dichos países podría llegar a ser de hasta 71.000 millones de euros.

"Dar gratis los derechos de emisión a las empresas eléctricas es como regalarles un beneficio adicional contante y sonante, ya que al no haber una competencia internacional, las empresas repercuten el valor del derecho de emisión a los consumidores", afirma Kumar, quien aboga por reinvertir los beneficios acumulados por la venta y la subasta de derechos de emisión en políticas contra el cambio climático.

El ETS fue creado para poner un límite a la cantidad de emisiones generadas por los grandes contaminadores industriales. Si las emisiones generadas por una empresa que participa en el ETS superan ciertos niveles acordados, ésta tiene que pagar cuantiosas penalizaciones, a no ser que compre derechos de emisión para compensar su exceso. Como resultado de esto, los derechos tienen un valor en carbono; cada tonelada de CO2 es igual a un derecho de emisión, con un valor monetario. "Desgraciadamente, los gobiernos de la UE dan la mayor parte para de estos derechos de emisión gratis a las empresas", se lamenta la organización.

La UE está actualmente negociando sobre cómo va a funcionar el ETS a partir del año 2013. Según la propuesta actual, el sector eléctrico deberá comprar todos los derechos que necesite para cubrir sus emisiones.

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