En un mundo marcado por la creciente desigualdad socioeconómica y los desafíos ambientales, es esencial abogar por un reparto equitativo de la riqueza y los recursos mundiales. En el artículo publicado en nature.com, "Inequality can double the energy required to secure universal decent living", revela cómo la desigualdad contribuye al consumo excesivo de energía y pone en peligro la sostenibilidad global, generando desigualdades no sólo en cuanto a nuestro nivel y esperanza de vida, si no también en cómo nos relacionamos con la naturaleza y cuanto le costamos a esta.