Dicen que la curiosidad mató al gato, pero no estoy muy segura: o la curiosidad no mata o yo no soy gato (aunque comparta con los gatos el 90% del genoma). Así que me permito ser curiosa y husmear periódicamente a la caza de nuevos descubrimientos científicos que ayuden a seguir mejorando los comportamientos de las personas, en las empresas y en la sociedad en general.