Según el último Informe sobre la Evolución de Delitos de Odio en España, la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género en 2021 aumentó un 67% respecto al año anterior, tratándose del tipo de discriminación más elevada después del racismo y la xenofobia. En las redes sociales, los delitos de odio hacia el colectivo LGTBIQ+ aumentan a un 87% respecto al año anterior.[1] Está comprobado que de los discursos de odio a la agresión física solo hay un paso: la violencia física y el genocidio se construye a partir de la aceptación de prejuicios, de opiniones que aceptan el estereotipo, no cuentan con el lenguaje inclusivo o se fundamentan en la desinformación.[2]