Las organizaciones también son responsables de la gestión de la inteligencia artificial, incluso si en sus países no hay una regulación.
“En una futura sociedad más basada en IA, la maquinaría tecnológica tiene que ser capaz de soportar y asegurar el modelo de sociedad, los valores éticos y la visión humana individual y colectiva al igual que ahora se aseguran criterios legales, derechos o la seguridad.