En relación a esta brecha de género STEM (la diferencia de nivel de rendimiento o de opciones profesionales entre chicos y chicas a lo largo de su educación en estas áreas) es especialmente relevante analizar la evolución histórica de esta brecha en las últimas décadas y a lo largo de las distintas etapas educativas, y preguntarnos si esta brecha se consolida o decrece en el tiempo.
Este ha sido el objeto del informe “La persistencia de la brecha de género en la educación STEM” publicado por la Fundación ASTI en el que se revisan los principales informes nacionales e internacionales sobre educación STEM y género en las últimas tres décadas.
Una de las principales conclusiones del informe es la confirmación del llamado efecto “leaking pipeline” o “tubería con filtraciones” según el cual la proporción de vocaciones tecnológicas entre las mujeres desciende progresivamente conforme las alumnas avanzan a lo largo de las distintas etapas educativas hasta el mundo profesional. Además, este efecto –lejos de haberse reducido en las últimas décadas- no solo persiste, sino que se incrementa en algunos campos de conocimiento como las matemáticas.
Entre las muchas variables que explican esta persistencia de la brecha de género en las áreas STEM, en el caso de España cabe mencionar estas tres principales.
En primer lugar, una diferencia muy significativa en el rendimiento en Matemáticas a favor de los chicos desde edades tempranas (4º de Primaria) como indica el histórico de los informes TIMMS. Este infra-rendimiento de las chicas está asociado a que estas son mayoría en el grupo al que no les gusta aprender matemáticas, y minoría en el que les gusta mucho aprender matemáticas. De igual modo, las niñas presentan mayor ansiedad a las matemáticas a esta edad y mayor inseguridad en el aprendizaje de las mismas.
En segundo lugar, una diferencia de rendimiento significativa en Matemáticas en 4º de Educación Secundaria a favor de los chicos que se consolida según la serie histórica de los informes PISA. Esta diferencia de rendimiento no está asociada a diferencias en sus capacidades naturales sino a factores contextuales y actitudinales. Según la serie histórica de los informes PISA desde 2012 hasta la actualidad, las chicas tienen menos confianza que los chicos en su capacidad para resolver problemas de matemáticas, y en todos los tramos de rendimiento presentan sentimientos más fuertes de ansiedad hacia las matemáticas que los chicos. Las chicas a su vez informan que tienen mayor miedo al fracaso en matemáticas que los chicos.
En tercer lugar, las bajas expectativas profesionales de las alumnas españolas de convertirse en profesionales STEM a los 30 años. Según los informes PISA, la probabilidad de aspirar a los quince años a ejercer una profesión STEM a los 30 años es un 12,7% menor para las chicas que para los chicos. Esta brecha no varía en función del rendimiento académico o del nivel socio-económico de las familias. Las niñas tienen preferencia por profesiones asociadas a la sanidad y la educación, mientras que los chicos se inclinan en mayor proporción por los campos de las Ingenierías y las TIC. La serie histórica apenas muestra cambios en la evolución de estas expectativas. En el caso de las expectativas hacia las profesiones TIC, el informe PISA 2022 señala que solo el 1,25 % de las chicas españolas de 4º de Educación Secundaria aspiran a ser profesionales en este campo, habiendo crecido esta brecha en la serie histórica.
El desafío que afrontamos en la educación STEM y que nosotros, desde la Fundación ASTI, abordamos con éxito desde hace años a través de programas como STEM Talent Girl o FP Steam, consiste no solo en despertar de forma temprana las vocaciones científico-tecnológicas (especialmente entre las chicas), sino en acompañarlas y estimularlas de manera longitudinal a lo largo de todas las etapas del ciclo vital, educativo y profesional tomando como referencia las mejores prácticas internacionales.