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Como en artículos anteriores, abordamos el modelo de los diez elementos clave de los sistemas maduros basado en la clasificación de Janine Benyus, ampliado y adecuado al mundo de la gestión corporativa. Siguiendo sus consejos, no miramos a la naturaleza para extraer sus frutos, manipularla, “mejorarla” o transformarla de mil modos distintos, sino para aprender a comportarnos como ella, porque somos parte de la propia naturaleza. 

El punto 3 se resume así: la naturaleza obtiene y gasta la energía eficientemente

Los organismos gastan energía, básicamente, en obtenerla (fotosíntesis, búsqueda

o captura de alimentos) y en el cultivo de materiales que forman parte de su cuerpo y su hogar. Para ello tienen diseñadas diferentes estrategias tendentes todas ellas a necesitar la mínima energía posible para obtener los máximos resultados posibles. (V.g., fototropismo, técnicas de caza, técnicas de construcción, diseños multifuncionales…).

De igual modo, la organización biomimética utiliza energías “limpia” o “verde” tanto como les es posible. Pero además el concepto de ahorro de energía lo aplica a todas las estrategias y políticas corporativas; por ejemplo, simplificando procesos y procedimientos, acortando los niveles jerárquicos, diseñando nuevas  formas de utilización del espacio y los recursos…

Una vez más tomaremos un ejemplo de la naturaleza e intentaremos extrapolarlo al mundo de las organizaciones:

Tal como podemos leer en National Geographic, el guepardo es el mamífero terrestre más rápido del mundo. Su capacidad de aceleración, que dejaría clavados a la mayoría de los automóviles, le permite pasar de 0 a 96 kilómetros por hora en apenas tres segundos. Este gran felino es sumamente ágil cuando se mueve a gran velocidad y es capaz de hacer giros rápidos e inesperados persiguiendo a su presa.

Esa capacidad de aceleración, obviamente, provoca dos comportamientos frecuentes y fácilmente observables:

  1. La utiliza en carreras cortas, y si comprende que no va a ser fácil acceder a la presa abandona la misión;
  2. La mayor parte del tiempo está descansando, tal como aparece en la fotografía o en lo alto de un árbol.

La naturaleza nos ofrece este precioso ejemplo para que comprendamos que la energía ha de obtenerse y gastarse de forma eficiente.

En el mundo de las organizaciones, y con la crisis energética actual, existen diferentes enfoques destinados a ahorrar energía.  Uno conocido se da en el ámbito los motores industriales, y es el que preconiza ABB: los convertidores de frecuencia de velocidad variable (VSD), que regulan la velocidad de los motores, pueden reducir su consumo energético en un 50% en numerosas aplicaciones, y utilizar sistemas de motor accionado que sean energéticamente eficientes puede permitir a Europa ahorrar hasta 202.000 millones de kilovatios/hora (kWh).

Existen muchas formas de enfocar el problema del ahorro de energía.  Si miramos, por ejemplo, el tejido empresarial español, vemos que el conjunto de microempresas (entre 1 y 9 empleados) y pymes sin asalariados suman el 93% de las empresas españolas.  Si cada una de estas 2 millones de empresas tuviesen que hacer frente a las exigencias de mantenimiento de un local propio los costes serían inaceptables, tanto para las propias empresas como para el entorno en que se mueven.

De esta forma, cada vez es más frecuente poner en marcha proyectos de cotrabajo o trabajo compartido (anglicismo habitual: coworking) que favorece, entre otras cosas,

  • el establecimiento de vínculos profesionales y personales con otras personas con las que se comparte el habitáculo: ello propicia la creatividad, la generación de vínculos afectivos gratificantes, la aparición de ocasiones para practicar el liderazgo distribuido, la oportunidad de establecer estrategias conjuntas para mejorar los productos y servicios, acceder al mercado, etc.;
  • el ahorro en alquiler, mantenimiento, suministros de energía, transporte de los empleados (acostumbran a compartir vehículo), seguros, limpieza y otros gastos comunes.

De esta forma, tanto la empresa como sus empleados invierten solo la energía necesaria para conseguir los objetivos y a la vez están liberados de cargas prescindibles, lo que propicia la disminución del estrés (personal y corporativo) y, por ende, la libertad para descansar y/o dedicar esfuerzos a otros aspectos vitales más enriquecedores.  Como los guepardos, se pueden permitir descansar bajo la sombra de un árbol o en sus ramas, restaurando fuerzas y disfrutando de la vida.

Y todo ello lesionando a la naturaleza mucho menos de lo habitual en el mundo de las organizaciones “tradicionales” 

Algunas lecturas relacionadas:

Bergiel, B.J., Bergiel, E.B., Balsmeier, P. W. (2008). Nature of Virtual Teams: a summary of their advantages and disadvantages. In Management Research News (Vol. 31, Issue 2). Emerald Group Publishing Limited.

Lashway, L. (2003). Distributed Leadership. ERIC Clearinghouse on Educational Management

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Si quieres echar un vistazo a los artículos anteriores de esta serie, aquí los tienes:

Más allá de la Sostenibilidad: Biomimética Organizacional (I)

Más allá de la Sostenibilidad: Biomimética Organizacional (II)

Más allá de la Sostenibilidad: Biomimética Organizacional (III)

Más allá de la Sostenibilidad: Biomimética Organizacional (IV)

En este artículo se habla de:
OpiniónnaturalezaBiomimética Organizacional

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