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Un año más, los medios de comunicación informan de que Repsol es la empresa de España que más se ha destacado en la implantación de acciones para fomentar la diversidad y trabajar para la conciliación y el equilibrio entre la vida laboral y personal de sus trabajadores y trabajadoras. Digamos que Repsol es la empresa donde, sin ser la perfección de nada, sus relaciones laborales expresan un serio esfuerzo por avanzar en el campo de la conciliación entre el trabajo y la vida personal.

Algo tan imprescindible, y a la vez tan descuidado en la sociedad española que provoca que seamos uno de los países de Europa más atrasados en materia de conciliación y horarios. Un déficit del que se habla mucho, y se hace menos, y del que pagamos las consecuencias en nuestra calidad vida y de trabajo, también con la pérdida de eficiencia social y empresarial.

Aunque los medios de comunicación y las entidades que otorgan estos reconocimientos y premios nunca lo mencionen o lo desconozcan, el  reconocimiento a la política laboral de esta gran empresa precisa ser complementado, y es bueno que se conozca, con el conocimiento del activo papel que han jugado CCOO y UGT a la hora de alcanzar estos objetivos. Pues desde los diversos ámbitos de participación sindical que existen en esta empresa cuyas relaciones laborales están fuertemente sindicalizas y con unos altos índices de afiliación. Los sindicatos han intervenido con sus propuestas e iniciativas en la elaboración y puesta en marcha de forma muy activa de las mismas.  

La positiva mención de "Repsol, la empresa que mejor concilia vida personal y laboral", debería ser un reconocimiento también a estos sindicatos  por su capacidad de iniciativa y de propuesta que, junto con la indiscutible y especial sensibilidad de la Dirección de la Empresa en la gestión de las personas, son parte muy activa de los buenos resultados en esta materia.

Junto a ese merecido reconocimiento otorgado a "Repsol como primera empresa en conciliación en España" es de justicia que se valore una práctica sindical constante y valiente, realizada año a año, que ha sabido ir más allá de la rutina de la  negociación colectiva que ha sabido construir propuestas innovadoras y ambiciosas en materias de igualdad, diversidad, conciliación, teletrabajo, capacidades diferentes, participación, salud y seguridad, organización del trabajo, estabilidad en el empleo, salario variable, política industrial. Una práctica sindical, que no ha querido estar ausente en la los aspectos de la RSC, que  aporta sus opinión y valoración  a la Memoria Social Anual y que ha creado una activa y estable Red Sindical de diálogo social con los sindicatos de los países latinoamericanos donde Repsol tiene centros de trabajo.

Una práctica sindical que ha sabido construir, desde la propuesta, la acción y la negociación, un particular y valioso instrumento como es su Acuerdo Marco, referencia de la negociación colectiva para el conjunto de las empresas que conforman este grupo industrial y a sus más de 17.000 trabajadores en España, que de no existir, es muy posible que las relaciones laborales y sindicales en este grupo industrial fueran muy distintas, en especial para muchos de los miles de trabajadores y trabajadoras de las empresas filiales que no pertenecen al núcleo principal (como sucede, en no pocos, grupos de empresas donde nada tienen que ver los derechos y política empresarial de quienes pertenecen a las empresas del núcleo, con el resto de filiales o empresas que  componen el grupo empresarial).

Es obligado también reconocerle a la acción sindical su parte en el éxito porque nos permite ilustrar con precisión el valor del sindicalismo y tener un ejemplo más, entre los miles que se pueden encontrar, del liderazgo cooperativo y cercano a la realidad  que precisa defender y conquistar nuevos derechos, tanto colectivos como  individuales, que los cambios sociales y económicos y el en particular el mundo del trabajo demandan. Porque podrán surgir mil leyes, y buenas leyes, que hablen de políticas de igualdad y diversidad, que hablen de mil derechos, derecho a la conciliación, a la formación, a la información, etc., pero si no hay trabajadores organizados en sindicatos interesados y comprometidos en promoverlos, defenderlos y aplicarlos, muchas se quedarán en las puertas de las empresas y no germinarán en los centros de trabajo.

Por esto es bueno que se conozca el buen trabajo que realizan los sindicatos, en esta, y en miles de empresas más, actividad que estos deberían explicar más y mejor a la sociedad,  porque ahí están también muchas de las respuestas a preguntas, hoy tan de moda en algunos círculos, como: ¿para que sirven, en estos tiempos tan modernos, unas organizaciones tan centenarias?.

Joaquim González Muntadas

Director de Ética Organizaciones SL

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Opinión

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