Aparentemente, el capitalismo está perdiendo prestigio. Se encuentra estancado, e incluso, es considerado como uno de los principales causantes de los problemas sociales, ambientales y económicos.
Y esto es así porque, aunque el capitalismo tiende a ocuparse de las necesidades humanas, crear trabajo y crear riqueza, es ineficiente para gestionar los retos que está planteando nuestra sociedad.
Parte de la culpa la tiene el mantenimiento de ese antiguo concepto de generación de valor principalmente a corto plazo.
Convendremos que si las empresas quieren seguir a medio / largo plazo en el mercado es imprescindible tener en cuenta las expectativas y las necesidades de sus clientes, imprescindibles. Veamos tres pinceladas:
el agotamiento de los recursos naturales que ellas mismas necesitan,
la viabilidad de sus proveedores o
la situación de la comunidad en la cual producen y venden.
Es por tanto el momento de hacer evolucionar el concepto de capitalismo, de reinventar y rediseñar los negocios que tenga en cuenta las necesidades y desafíos de la sociedad, que combine el éxito corporativo con el bienestar y el progreso social.
Se hace por tanto imprescindible el concepto de valor, en abstracto, o de beneficio obtenido tras restar de los ingresos que se generan todos sus "costes", tanto los explícitos (costes monetarios...) como los implícitos (sociales o ambientales), generalmente interiorizados por la sociedad en su conjunto.
Sólo sobrevivirán las empresas que sigan este nuevo modelo económico, ideen nuevas gracias a las sinergias entre productividad y progreso social,
Y curiosamente, estamos hablando de responsabilidad social corporativa, de la de verdad, no de aquella únicamente enfocada hacia la reputación empresarial.
Son numerosos los aspectos económicos que pueden ayudar a generar valor. Veamos algunas:
Logística y energía. El uso de la energía en la cadena de valor se está reestructurando, en los procesos como el transporte, distribución, cadenas de suministro y servicios de apoyo. Esta reestructuración es resultado del encarecimiento de los energéticos y de la concientización para la optimización energética. Como resultado se obtienen mejoras en el manejo de la energía por medio de tecnología, reciclado o la cogeneración.
Utilización de recursos ambientales. La conciencia ambiental ha crecido hoy en día, enfocándose en áreas como el uso del agua, materias primas o gestión de residuos. Esto generará una mayor utilización de las materias primas y una mejor eficiencia industrial.
Compras. Anteriormente las compañías solían comoditizar, es decir, buscar una estrategia de marketing que apunte a los consumidores de productos que quieren algo igual pero más barato. Pero las compañías están viendo que externalizar algunas de sus áreas en países con menor coste además de insostenibles, no mejoran a la velocidad deseada su calidad y productividad.
Distribución. Es necesario hacer una revisión a las prácticas de distribución haciéndola más económica pero a al vez eficiente.
Productividad de los empleados. Entre los factores que influyen en la productividad de la empresa tenemos que los trabajadores tengan un sueldo digno, seguridad formación... Por ello a medida de que estos factores sean más justos posibles, mejorarán los beneficios para la propia empresa. Veamos en la siguiente figura algunos de los factores que influyen en la productividad de la empresa:
Bibliografía
Responsabilidad Social Corporativa. Una nueva cultura empresarial. Dr. Ricardo Fernández García. Editorial Club Universitario. ISBN 13: 978-84-8454-777-8. 2009
Valor compartido y responsabilidad social corporativa. Autor: Lorena Rosas Sánchez. Gestiopolis. 14-03-2012
Ethic. (22.02.12). La vanguardia de la sostenibilidad. Obtenido de http://ethic.es/2012/02/%C2%BFes-posible-aunar-los-retos-de-la-sociedad-con- los-intereses-de-una-empresa/
Gestión de la cultura corporativa. Lessem, R. Ed. Díaz de Santos. 1992.
