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Es médico especialista en epidemiología, subdirector del Hospital Clínico de Zaragoza, asesor de la Organización Mundial de la Salud sobre la vacuna contra el ébola y hace unos meses la revista Forbes le incluyó en su archiconocida lista como uno de los diez jóvenes de Europa más influyentes en ciencia y salud. Si a todo lo anterior se le suma que es especialista en RSC y que le interesa mucho el big data, uno no se puede contentar solo con seguirlo en Twitter. Por sus palabras, parece que quiere revolucionar la Responsabilidad Social del sector sociosanitario

César Velasco, también es el fundador de Sisamat, una consultora que se distingue por trabajar con un método propio basado en la evidencia científica, la ética, valor social y evaluación del impacto. Elaborado para la evaluación y asesoría de la RSE en el sector de la salud, con una meta en el horizonte el bienestar de la población.

d_r.- Primero de todo, ¿Cómo llega un médico a interesarse por la RSE?

César Velasco.- Después de trabajar en diversos proyectos sanitarios percibes que faltan muchas cosas por hacer. Los recursos en salud son siempre limitados y la demanda sociosanitaria cada vez mayor. Los Sistemas Sanitarios siguen luchando con gran esfuerzo por la sostenibilidad de la asistencia sanitaria a largo plazo y por seguir estrategias responsables centradas en el paciente. Pese a que los beneficios a nivel poblacional de los servicios sociosanitarios son evidentes, cuesta convencer a los usuarios de que el gasto sanitario es una inversión rentable para la sociedad. Es imprescindible en esta situación, coordinar a los diversos actores con responsabilidades en salud, cualquier tipo de empresa puede involucrarse y actuar de manera activa en mejorar la salud de la población. Tras años de trabajo en el mundo sanitario te das cuenta de que el capital humano y económico de las empresas se puede utilizar de un modo más responsable.

Muchas entidades están comenzando a preocuparse por satisfacer las necesidades de los consumidores responsables, pero solo unas pocas llevan a cabo una responsabilidad social de calidad que aporte valor. Como médico, es un privilegio poder ayudar a desarrollar el gran potencial que tiene la responsabilidad sociosanitaria para la vida de las personas. Del mismo modo, los profesionales sanitarios estamos preparados para exigir desde una plataforma social que la RSC sea sólida, este construida con criterios científicos y se evalúe de manera sistemática. Para la sanidad, sería un gran apoyo que los proyectos sociales crezcan no solo en cantidad si no en impacto y que sus beneficios sean reales. Nuestra capacidad como actores individuales de mejorar la vida de la gente es limitada, pero a través de la RSC podemos conseguir cambios a gran escala que supongan un antes y un después en el ámbito sociosanitario.

d_r.- Además de trabajar en el Hospital Clínico de Zaragoza como subdirector médico, investiga en RSC, ¿qué proyectos está desarrollando ahora?

C.V.- Hemos desarrollado un método para mejorar la calidad de los proyectos responsables. Estamos trabajando para implementarlo y validarlo en diversos proyectos para que cobre la relevancia social que es necesaria para que la RSC deje de ser una gran desconocida. Es necesario dar a conocer las acciones sociales que pretenden dar retorno a la sociedad, pero para eso es necesario asegurar que estas acciones son verdaderamente positivas y de calidad. En concreto el campo de los proyectos en salud necesita un gran impulso y un método con base social para que se produzca el cambio hacia proyectos con impacto real y evaluable. Los fundadores de nuestro proyecto éramos conscientes de esta necesidad y estamos luchando apasionadamente para intentar mejorar la situación y que las entidades que buscan ser socialmente responsables puedan beneficiarse del Método Sisamat.

cesar entrevista

d_r.- ¿Cree en la Sanidad pública para todos?

C.V.- La Sanidad Pública es fundamental, gracias a ella los ciudadanos podemos acceder a una atención sanitaria de calidad sin tener que asumir los costes  individualmente. Al mismo tiempo garantiza que los usuarios tengan los recursos a su disposición de manera gratuita, promoviendo la equidad. No se puede entender una sanidad pública solo para unos pocos, los beneficios de la sanidad pública se basan precisamente en su carácter poblacional. Las personas que viven sanas, son más felices y  más productivas, por lo que la verdadera inversión que supone la sanidad no está en los beneficios que puede obtener de los pacientes, si no en el valor añadido que supone la salud a nivel poblacional.

d_r.- ¿Podría decirnos un elemento fundamental para la salud?

C.V.- Son fundamentales los hábitos saludables, tener una vida sana y activa es crucial para prevenir enfermedades.  Es importante no perder de vista a las personas, que son los verdaderos protagonistas de la salud. Muchos programas sanitarios o estrategias no tienen en cuenta a los pacientes. Es curioso ver como muchas veces la medicina centrada en el paciente gira en torno a los usuarios pero no se diseña teniéndoles en cuenta. Lo mismo pasa con proyectos filantrópicos e iniciativas que son diseñadas para mejorar la salud sin ninguna base solida.

Es imprescindible entender que la salud es un pilar básico de futuro a todos los niveles, no solo incluyéndola en los ODS sino en las pequeñas acciones de nuestro día a día.  La evaluación del impacto en salud es responsabilidad de las grandes corporaciones, garantizar una formación de calidad en salud a los más jóvenes está en manos de la academia, fomentar los hábitos saludables es una labor común.  

d_r.- ¿Cuál sería la receta para vivir de una forma saludable?

C.V.- Siempre he pensado que deberíamos inmunizarnos todos frente a la tristeza, ponernos una vacuna de la felicidad o al menos del optimismo, aunque la realidad actual es bien difícil mara muchas personas. Mi recomendación es simple, evitar el sedentarismo y adoptar medidas como dietas, o ejercicio físico siempre con moderación. Una buena costumbre como el deporte intenso o el control nutricional, si se realizan en exceso puede dejar de tener efectos beneficiosos., siempre es mejor buscar el equilibrio.

d_r.- Usted habla de la evidencia científica en la RSC, ¿a qué se refiere?

C.V.- La Responsabilidad Social ha sido durante muchos años ejercida de maneras muy diversas.  Unas más acertadas que otras, con diferente impacto en la población. Nosotros, desde nuestra visión joven y entusiasta creemos en una RSC fundamentada en el conocimiento empírico. La fuerza de los datos es necesaria para dotar de evidencia los proyectos que diseñan las empresas responsables y basar las acciones en pilares sólidos y justificables. No podemos hablar de empresas éticas y sostenibles si las acciones que se realizan no son percibidas como tal por los usuarios o la población general. De hecho, los profesionales sanitarios muchas veces percibimos que los proyectos de RSC enfocados al sector Sociosanitario carecen de criterios objetivos en su planteamiento. Queremos solucionar esta desconexión entre las necesidades reales y las propuestas de RSC de corporaciones e instituciones públicas y privadas. El método que hemos diseñado prioriza la evidencia, la medición del impacto y la evaluación a medio y largo plazo para asegurar que mejore la calidad y de los proyectos sociales, éticos y sostenibles.

d_r.- ¿Cómo afectará el desarrollo del big data en el terreno de la salud?

C.V.- Alinear la estrategia de una empresa con los objetivos de ética y sostenibilidad es necesario para dar un mensaje coherente, de este modo se gana la confianza de los usuarios y de la población en general que cada vez están más preocupados por hacer un consumo responsable.  En el desarrollo tecnológico y la transformación digital demandan una interacción más cercana con la población que exige el retorno de la inversión de las compañías que trabajan con “Big Data”. De hecho, cada vez más gente se pregunta cual es el destino de sus datos personales y el beneficio que tiene su uso para la sociedad. En el campo de los datos clínicos existe un gran desarrollo legislativo que protege tanto la identidad como el uso de los datos de los pacientes. Este modelo es básico para asegurar que  el uso de nuevas tecnologías se realiza de modo ético y que el retorno a la sociedad es tangible. Se deben fomentar herramientas de interacción con la sociedad que mejoren la calidad de vida y proyectos educativos para que la revolución del “Big Data” y la digitalización suponga un retorno para la sociedad desde un inicio. Solo de este modo aumentará la aceptación social del uso del cada vez más extendido “BigData”.

 d_r.- ¿Qué opina de la RSE de la industria farmacéutica?

C.V.- La industria tiene un amplio potencial para realizar proyectos responsables a nivel social en el sector salud. El reto está en asegurar la calidad de los proyectos que se realizan. Para que los proyectos tengan impacto, sean sostenibles y éticos es necesario sustentarlos en una metodología correcta e independiente. Hay mucho por trabajar en este sentido, sobre todo en el diseño de estrategias y proyectos en los que haya participación social desde un inicio y que busquen maximizar los recursos disponibles. La RSC bien hecha es un complemento indispensable.

d_r.- En este sentido, ¿la innovación es solo para los países desarrollados o debe alcanzar también a los países en desarrollo?

C.V.- La  tecnología de red de telefonía móvil ha experimentado su mayor crecimiento en los países en vías de desarrollo. Regiones que pensaron que jamás vería las redes de cable instaladas para conectar sus núcleos rurales de población ahora cuentan con una conectividad 4G que ha sido implementada en tiempos record. Del mismo modo, seria idóneo que las metodologías exitosas en RSC se implementen de manera acelerada en los lugares que más las necesitan. Para esto debemos desarrollar herramientas que tengan en cuenta el conocimiento vanguardista  independientemente de la renta per cápita del país que lo genere. En estos momentos las empresas responsables tienen una cuota de crecimiento mayor y es su responsabilidad impulsar proyectos que ayuden a construir una RSC mas sólida y coherente. 

d_r.- Para terminar, ¿qué definiría al paciente responsable?

C.V.- Un paciente responsable tiene la misión de informarse y tomar decisiones. Como usuarios y consumidores debemos ser conscientes del potencial que tenemos para cambiar las dinámicas existentes. Se producen cambios cuando la población exige ética y sostenibilidad  a los proveedores bien sean de salud, de alimentos, energía o muchos otros. No hay nada más importante para el desarrollo que la implicación del conjunto de la sociedad.

@ignaciocayetan 

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