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Responsabilidad Social Corporativa, ¿una herramienta de comunicación o una realidad para comunicar?

En los últimos años la Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha pasado de ser una práctica novedosa a ser uno de los pilares en los que las empresas sustentan su actividad. Algo que comenzó en las grandes empresas, especialmente aquellas con implantación internacional, está siendo adoptado cada vez más por las Pymes e incluso por autónomos y autónomas. No en vano, según datos de la Fundación Innovación Bankinter, los estudios apuntan a que más del 50% de los clientes estarían dispuestos a pagar una prima del 10% por los productos si la empresa es socialmente comprometida.

Términos como RSC o ISR (Inversión Socialmente Responsable) se encuentran en el ABC de buen gobierno y son a su vez una potente herramienta de Comunicación Corporativa de la compañía. La percepción del público podría decirse que es casi una obligación de las empresas como agente socializador. Una responsabilidad para con su comunidad.

No obstante, el aumento de esta conciencia supone a su vez que la audiencia sea más exigente. Precisamente una de las críticas que más se ha realizado a la RSC es que se trata de una herramienta exclusivamente para mejorar la reputación de las compañías, alejada de su fin último, algo que perjudica tanto a las empresas como a la sociedad. Cuando un mantra así es repetido puede provocar el efecto de reforzar el mismo y hacer que la RSC pierda valor, tanto en empresas que no creen en el verdadero objetivo de la RSC e inviertan lo justo y necesario para cubrir el expediente, como en la opinión pública, que recele de las acciones de RSC realizadas por las empresas, entrando en una rueda que no beneficia a ninguno de los agentes implicados. Para no caer en este círculo vicioso debemos cambiar el foco. La RSC no es la herramienta de comunicación, sino que debemos saber comunicar nuestra RSC.

Cómo comunicar correctamente nuestra RSC

En mi experiencia como gestora de crisis comunicacionales para compañías, he podido comprobar cómo muchas veces estas son atacadas, especialmente en contextos complejos donde el tercer sector es muy activo en cuanto cometen una imprudencia o una negligencia con una virulencia muy extrema. Esto es porque, por un lado, no se puede entrar “como elefante en cacharrería” en según qué mercados, desconociendo por completo el contexto social o sin tomar en cuenta a la sociedad civil organizada, pero también en muchas ocasiones porque se ha descuidado la información y la comunicación de las cosas que sí se hacen correctamente. Ante una crisis de este tipo, además de ser consecuentes con los errores cometidos y depurar responsabilidades, y corregir aquellas prácticas que hayan podido causar un daño a un ecosistema, por ejemplo o a una comunidad, hay que fomentar el diálogo social con la comunidad. Del mismo modo, si de manera constante y desde el inicio de la actividad se comunica correctamente el impacto social de la compañía, las acciones serán más creíbles y las consecuencias en la reputación de la compañía de estos episodios, menor. Precisamente en eso debe consistir una correcta implementación de una política de responsabilidad social.

¿Cuáles son los beneficios reales de la Responsabilidad Social Corporativa?

Saber trabajar correctamente la RSC comporta beneficios muy importantes para una compañía, todos lo sabemos. Pero, ¿cuáles son esos beneficios reales, vinculados con esa correcta implementación de la RSC?

A través de la RSC:

  • La empresa se involucra activamente en la sociedad, al margen de su actividad como generadora de productos y servicios.
  • La compañía demuestra una inversión en valores, derechos humanos, medio ambiente, igualdad y protección de víctimas.
  • Se diferencia de su competencia y crea en definitiva un valor a largo plazo, lo que en última instancia mejora su reputación, su imagen corporativa y su posicionamiento en el sector, mejorando los resultados de la empresa.
  • Además, muestra respeto por aquellas comunidades en las que opera, lo que implica la asunción de responsabilidades cuando algo no se efectúa correctamente.

En el nuevo contexto social y en la era de la comunicación en redes sociales, donde las crisis de reputación pueden afectar con mayor virulencia, ya no es cuestión sólo de destinar unos fondos a una acción social, sino de que la compañía o el negocio sea capaz de tomar partido de forma activa y plenamente involucrada.

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