Como casi todo el mundo, recuerdo bien el día en el que nos conocimos. La RSE hizo que nos encontráramos, pero tú y yo hablábamos poco de RSE. Hablábamos de las cosas más nimias y también de las más importantes, de las más íntimas. Esto último, a pesar de que todo el mundo sabe que eras de las peores personas para guardar un secreto. Una de estas noches, cuando se me hizo especialmente duro soportar el desasosiego que me produce esta terrible pandemia, fue tu línea a la que recurrí, contigo con quien lo compartí. A veces nos mandábamos canciones. A menudo ni siquiera hablábamos de algo en concreto, simplemente, ahora lo entiendo mejor, “estábamos”.
Te has mantenido siempre fiel a ti mismo, aun en la situaciones más difíciles, has hecho mucho por la RSE, por la justicia social, como decía Andreu, tienes dos hijos fantásticos y, por lo que leo, has logrado crear un vínculo muy valioso con casi todo el mundo a tu alrededor. Qué gran legado, Jordi. Es para estar muy orgulloso. Y alucinarías si vieses todo lo que la gente está escribiendo de ti, de verdad que te encantaría.
Yo, por mi parte, te voy a echar mucho de menos. Y te llevaré siempre en mi recuerdo. Un abrazo muy muy fuerte, amigo.
