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Auara surgió de experiencias personales. De ver de primera mano lo que significa vivir sin agua potable. Somos de una generación joven, y hemos tenido la suerte de viajar y de involucrarnos en proyectos sociales

Pasé algunas temporadas trabajando en la construcción de un hospital en Afar, Etiopía, con la ONG Amigos de Silva. Es la región más pobre del país, y dicen que el lugar más cálido del planeta. Algunos días superábamos los 55º. Allí me di cuenta de lo que era vivir sin agua limpia. Venían al hospital niños infectados por beber agua sucia. Niños malnutridos porque no había comida por la falta de lluvia. Venía gente con grandes gangrenas por no poder lavarse simples heridas… El agua estaba detrás de la mayoría de las pobrezas, y es algo que hemos vivido de primera mano.

Decidimos hacer algo al respecto. Trabajar para ayudar a que las comunidades más pobres tengan acceso a agua potable, que es lo más básico para desarrollar una vida digna. Decidimos darle la forma de empresa social. La idea era lanzar una empresa que tuviera un fin 100% social, que existiera por y para financiar estos proyectos de agua. Cuanto mejor le fuera a la empresa, más impacto social tendría. Y pensamos que si queríamos hacer proyectos de agua, debíamos financiarlos vendiendo agua en España. Agua aquí para llevar agua allí.

Entonces nos planteamos que la sostenibilidad iba a ser un factor fundamental. Por coherencia, las personas y el medio ambiente son dos caras de una misma moneda. Así que hemos desarrollado la primera botella de agua fabricada en Europa con un 100% de material reciclado.

Hemos trabajado 2 años en estudiar el mercado, diseñar el producto, el plan de negocio, buscar financiación, probar la fabricación industrial, etc. Y por fin en septiembre de este año empezamos a vender Auara. Desde entonces luchamos por conseguir clientes, por que Auara esté presente en restaurantes, en tiendas en supermercados… Que sea accesible a la gente en su vida diaria y como nosotros decimos, “convertir un acto cotidiano como beber agua en un acto extraordinario”.

Nuestro objetivo ahora es conseguir expansión nacional, abrir la puerta de grandes grupos de distribución, de restaurantes, de hoteles, de empresas que consumen agua en su día a día… para poder desarrollar proyectos como los que ya hemos empezado. Hemos perforado un pozo en un colegio de Tamarou, un pueblo de Benín, que da acceso a agua potable a más de 500 alumnos y a los 2000 habitantes del pueblo. Y también estamos construyendo baños en Camboya para familias con miembros infectados por VIH, que viven en condiciones de insalubridad terribles. Esta es la parte más bonita, y la razón por la que existe Auara. Ver los resultados de estos proyectos es lo que nos motiva para trabajar cada día.

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