En nuestra cultura y en nuestra sociedad hispana, el prestigio de los catedráticos sigue seduciendo a miles de managers empresariales, por la supuesta legitimidad de las casas de estudio a las que representan. En el mundo sajón, los “practitioners”, que pueden acreditar cierta cantidad de años en el ejercicio de sus profesiones son igualmente reconocidos, por sus expertises en temas reales.
La cuestión fáctica es que así como el valor se crea en el momento y lugar en que se generan las transacciones, la sostenibilidad opera en el terreno y no en la Academia, ni siquiera en el escritorio de los líderes empresariales que toman decisiones todos los días.
Una buena planificación y una buena gestión, por tanto, deberá alimentarse inexorablemente con “información de primera mano” que provenga del terreno, de aquellos momentos y lugares en donde las transacciones realmente ocurren.
¿Cuál es el objetivo principal de dialogar con públicos de interés sino el de alimentar nuestros tableros de comendo para la toma de decisiones? Todo lo demás, es secundario.
¿Usted es manager de una empresa y quiere contar con información relevante para la toma de decisiones? Salga de su escritorio y diseñe esquemas para relacionarse con los públicos que generan valor para su empresa, vaya a los lugares en los que las transacciones ocurren.
Esta experiencia propia de un “practitioners” le aportará una capacidad que jamás la va a encontrar en una clase, por más magistral que esta sea.