Publicado el

Me gusta la idea de combinar estas dos palabras cuando hablamos de liderazgo: valor y valores. En los tiempos que corren, no parece fácil dirigir con determinación y, al tiempo, no perder los valores. Nunca olvidaré esa escena de “la Guerra de las Galaxias” en la que Anakin Skywalker, a petición del Emperador, mata a sus antiguos compañeros jedis creyendo que así podría salvar de la muerte a su amada Padmé Amidala, lo que le lleva a caer irremediablemente en el lado oscuro de la fuerza. No nos engañemos:

ahora que hay que salvar la cuenta de resultados, no es nada difícil caer en ese lado oscuro y mandar a paseo los valores. Por eso me gusta esa combinación.

Tener valor

Dirigir con valor es clave. Clave para fijar un rumbo y no apartarse de el; para tener la determinación necesaria para arriesgarse cuando toca; para seguir tu instinto cuando todos te hacen dudar; para no perderle el pulso al mercado. Pero sobre todo, el valor es clave para romper las inercias internas que habitan siempre en todas las organizaciones. Leyendo la biografía de Steve Jobs me han venido dos ideas para este post en lo que afecta al valor.

- La primera es el consejo que le da a Larry Page, co-fundador de Google, pocos meses antes de morir: “Decide qué es lo que Google quiere ser cuando crezca- le dijo-. “¿Cuáles son los cinco productos en los que quieres centrarte. Deshazte del resto porque te lastran. Están convirtiéndote en Microsoft”. Buen consejo: valor para “matar proyectos” y evitar lastres.

- La segunda idea es la descripción que se hace de una compañía como SONY, que teniendo todo en su mano para lanzar primero algo parecido al iPod (era líder en aparatos reproductores tipo walkman y tenía los derechos de los principales autores en su división SONY Music). En palabras de uno de los directivos de Universal “Steve era capaz de despedir a sus empleados si no había suficiente colaboración entre departamentos, mientras que los departamentos de SONY estaban en guerra unos con otros”. En la biografía se lee una frase lapidaria: “como cada departamento trataba de proteger sus propios intereses, la compañía en su conjunto nunca consiguió definir una dirección para crear un servicio completo e integrado” (de música).

Estas dos ideas me hicieron pensar que el valor es clave para enfrentarse al mercado. Pero es más importante, si cabe, tener valor para enfrentarse a la inercia, a lo que los anglosajones llaman “legacy”, a los costes históricos, a las situaciones enquistadas que poco a poco te van lastrando hasta atarte las manos a la espalda y te impiden avanzar en la línea que quieres.

Tener valores

Pero tan importante como el valor, son los valores. He dedicado buena parte de mi vida profesional a construir la identidad de grandes marcas y sus valores. Para ello, siempre he recurrido a un método sencillo en la práctica, pero enormemente complejo en su ejecución: definir la visión de la empresa; fijar un set de valores asociados a la marca; establecer unos principios para filtrar la toma de decisiones; y construir progresivamente políticas de gestión capaces de poner en practicas la visión, los valores y honrar a los principios.

Fácil. ¿Fácil? Y un carallo, que dirían los gallegos. No hay nada más complejo que definir una visión, unos valores y unos principios y, sobre todo, actuar conforme a ellos. O porque nunca se hace una definición precisa; o porque el proceso de trabajo es top down y no bottom up; o porque suelen aprovecharse los momentos de cambio para repensar en estas cosas (y ya decía Santa Teresa que “en Tiempos de turbación convienen no hacer mudanza”); o porque cuando vienen mal dadas los Tsunamis son de tal calibre que se llevan todo por delante. Sea por lo que fuera… ¡Qué difícil es dirigir por valores y principios! Ya lo decía Groucho Marx: ” estos son mis principios; si no le gustan, tengo otros”.

Y lo cierto es que ahora, más que nunca, se hace necesario dirigir por valores: si algo ha causado esta crisis es, precisamente, la ausencia de valores. El todo por la pasta, la ausencia de límites, la avaricia… no hay más que ver la película “Inside Jobs” para darse cuenta de esto.

Valor y valores

No sé muy bien con qué conclusión quiero cerrar este post. Más allá de un titulo más o menos brillante (y que, además, es prestado), lo que me ha parecido después de estos pocos párrafos es que, para mantener tus valores, lo que hay que tener es mucho valor. Y eso, por lo general, hay que demostrarlo dentro de tu casa (de tu organización, de tu universidad, de tu empresa) antes que puertas afuera. Para eso, me temo, sí que hay que tener valor.

(*) He tomado la expresion “Valor y Valores” del libro “Valor y Valores: ética para Directivos”  de Ulrich Hemel, publicado el 15 de abril de 2010 por Ediciones Deusto. El post no desarrolla el contenido de ese libro.

En este artículo se habla de:
Opinión

¡Comparte este contenido en redes!

300x300 diario responsable
 
CURSO: Experto en Responsabilidad Social Corporativa y Gestión Sostenible
 
Advertisement
Este sitio utiliza cookies de terceros para medir y mejorar su experiencia.
Tu decides si las aceptas o rechazas:
Más información sobre Cookies