José Illana
El saber y el poder puede ser ambiguo, pero ahí aparecen sistemas de gestión y medición que contribuyen a tangibilizarlo y por otro lado el reconocimiento de la comunidad, en el más amplio sentido de la palabra, ayuda a rentabilizar este saludable comportamiento. Hasta aquí todo bien.
Pero cuál es el rol de esta empresa, por ejemplo francesa, que trata de ser una buena ciudadana cuando de repente Sarkozy, presidente de su país, saca una ley que deporta gitanos. Imaginemos que esa empresa ha hecho esfuerzos notables por gestionar la diversidad en su organización, ¿debe levantar la mano contra la decisión de su gobierno?. ¿Y si es española?, a fin de cuentas, nuestro presidente Zapatero justifico/ arropo tan repugnante decisión.
Estos días Liu Xiaobo, disidente chino ha recibido el Premio Nobel de la Paz por luchar en favor de los derechos humanos en su país, China. Por otra parte, son muchas las empresas españolas miembros del Pacto Mundial que, entre otras cosas, promueven los derechos humanos en sus organizaciones. ¿Deberían estas empresas que operan en China levantar la mano contra esta realidad? ¿Significa eso ser un buen ciudadano? ¿Para qué formar parte del Pacto Mundial?
La Responsabilidad Corporativa ha profundizado hasta la extenuación en la dimensión analítica pero necesita recorrer el camino de la convicción. Y cuando recorra ese camino logrará la comunión con sus conciudadanos. Vamos, lo que se viene llamando recuperar la confianza.
Estos días, pensando en el rol de quiero salvar el mundo haciendo marketing en torno a la decisión del gobierno francés y su justificación por parte del gobierno español en la deportación de gitanos, reflexionaba sobre como nuestra empresa puede ser un mejor ciudadana. En este caso, habrá gente que piense que también se puede ser buen ciudadano siendo apolítico, ¿Es la deportación una postura política?
quiero salvar el mundo haciendo marketing está en contra de la decisión tomada por parte del gobierno francés y tampoco comparte la postura del gobierno español en esta actuación. Curiosamente, trabajamos para el Ministerio de Igualdad en un proyecto contra la discriminación, en el más amplio sentido de la palabra. Como no queremos caer en la esquizofrenia, simplemente decimos lo que pensamos y trabajamos por lo que creemos.
Es tiempo de tomar decisiones e invitar a tomarlas. Por ejemplo, ser una empresa ciudadana