Cada cierto tiempo encuestas de opinión pública señalan que la responsabilidad social no es un concepto de moda, por el contrario, es un tema de actualidad. Así muchas organizaciones públicas y privadas han aprendido que no da lo mismo cualquier intento por “aparecer” como responsables y “ser” responsable. Ética y cosmética no es lo mismo en el siglo veintiuno. Lo anterior sugiere gestionar riesgos operacionales y reputacionales, por lo tanto, procesos, objetivos, metas y actividades necesitan control de gestión a través de indicadores deben administrarse y monitorearse.


Es bien sabido que toda organización está expuesta a crisis. La importancia de los grupos de interés requiere de competencias nuevas en el ámbito de la gestión pública y privada. Aquí se juega la responsabilidad social y la sostenibilidad de una organización. Es por lo tanto una decisión estratégica y política. No es un área o departamento sino el compromiso y presupuesto de toda la organización con sus impactados.


Cuando surgió la crisis de BP la noticia generó mucha expectación toda vez que la empresa contaba con estándares muy valorados como una política y un reporte de sustentabilidad, compromisos con el medioambiente y una importante inversión social y ambiental en áreas prioritarias o estratégicas, además, como empresa apareció en el 1er lugar de la revista Fortune y una ubicación privilegiada en el Índice de Reputación Corporativa e Índice de Sostenibilidad Dow Jones del cual acaba de ser eliminada, entonces, la pregunta que nos hacemos ¿qué falló? ¿fue suficiente tanto reconocimiento público? ¿estarán felices sus accionistas, analistas, inversores, políticos, ciudadanos o turistas? ¿qué opinarán los afectados por este derrame? ¿cuánto tiempo se empleará para limpiar tanta evidencia? En definitiva, de qué Responsabilidad Social estamos hablando? La RS ¿es solo una cuestión de marketing?


Se sabe que fue una crisis anunciada. Los operarios informaron a sus superiores de la necesidad de mejorar fallas en la plataforma y dos horas antes de iniciarse el derrame los ejecutivos contaban con dicha información. Hoy, es el mercado quien castiga al estar en tela de juicio la reputación y el valor de las acciones que van tocando fondo…ironías de la vida.


Quizás el tiempo nos entregue más detalles de esta nueva crisis. Un mes y medio de derrame de petróleo es tiempo suficiente para demostrar que cuando los procesos no se gestionan bien ni los responsables de la toma de decisión pueden explicar lo ocurrido, entonces, ni ranking ni reportes sostienen la reputación de una organización. Un caso más para la ética de los negocios, que, una vez más llega tarde a la mesa de los tomadores de decisión.



Reinalina Chavarri M.

Gerente General AxisRSE S.A

Chile