La educación financiera en los jóvenes es clave para lograr un desarrollo sostenible, ya que les brinda las herramientas necesarias para tomar decisiones económicas informadas y responsables. Comprender conceptos como el ahorro, la inversión y el consumo consciente les permite gestionar sus recursos de manera eficiente, contribuyendo no solo a su estabilidad financiera personal, sino también a la de sus comunidades. Además, fomenta una cultura de sostenibilidad al promover prácticas económicas que consideran el impacto social y ambiental, favoreciendo un crecimiento equilibrado y resiliente a largo plazo.
Sin embargo, en España, la educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente. Según el último informe PISA, casi el 50% de los estudiantes finaliza la ESO sin haber recibido formación financiera, situando a España por debajo del promedio de la OCDE en competencia financiera (486 puntos frente a 498). En comparación con países como Bélgica (527), Dinamarca (521) o Canadá (519), la diferencia es notable. Además, solo un 5% de los estudiantes alcanza un nivel avanzado en conocimientos financieros, reflejando un preocupante “analfabetismo financiero”.
Ante esta realidad, el Instituto Santalucía, órgano de reflexión y debate del Grupo Santalucía, ha lanzado “Y a mí qué el dinero – The Game”, un concurso nacional de educación financiera dirigido a jóvenes de entre 14 y 18 años. Este innovador proyecto busca evaluar el nivel de competencia financiera de las nuevas generaciones y motivarlas a reflexionar sobre la gestión de su dinero, fomentando la toma de decisiones informadas desde una edad temprana.
El concurso ofrece una experiencia interactiva que transforma la forma en que los adolescentes entienden y gestionan sus finanzas. A través de desafíos digitales, los participantes aprenderán sobre presupuestos, inversión y emprendimiento de manera práctica y accesible. Además, el concurso cuenta con la participación activa de profesores de economía, alineándose con las especificaciones de la legislación educativa vigente en España.
A diferencia de los métodos tradicionales de enseñanza, “Y a mí qué el dinero – The Game” se basa en un enfoque activo y gamificado. Cada estudiante participa de forma individual, enfrentándose a situaciones financieras reales y acumulando puntos según su desempeño. Además, aunque la competición es individual, los institutos también serán reconocidos, promoviendo una formación conjunta y colaborativa.
El uso de una aplicación móvil permitirá a los estudiantes seguir su progreso, enfrentar retos financieros y obtener recompensas a medida que avanzan en los módulos del concurso. Esta herramienta interactiva facilita el aprendizaje a través de situaciones reales del mundo financiero, haciendo la experiencia más atractiva y competitiva.
El director del Instituto Santalucía, José Manuel Jiménez Rodríguez, destaca el enfoque transformador de esta iniciativa: “Con este concurso no solo enseñamos a los jóvenes a crear presupuestos y comprender la inversión, sino que también les damos las bases para pensar de manera emprendedora y explorar nuevas formas de generar ingresos. Este proyecto trasciende las aulas, buscando cambiar la percepción del dinero en nuestra sociedad”.
El Instituto Santalucía ha desarrollado el contenido en colaboración con CEAPES, la Confederación Estatal de Asociaciones de Profesores de Economía en Secundaria, asegurando que se ajuste a las necesidades de los docentes y a los intereses de los jóvenes. A través de bloques temáticos sobre gestión de dinero, inversión y emprendimiento, los estudiantes adquirirán habilidades financieras fundamentales para su vida cotidiana y futura.
“Y a mí qué el dinero – The Game” no es solo un concurso, sino una apuesta por transformar la educación financiera en España, promoviendo una ciudadanía económicamente responsable y preparada para los desafíos del futuro. Con este proyecto, el Instituto Santalucía reafirma su compromiso con la educación financiera y lidera un cambio en la formación de las nuevas generaciones, preparando a los jóvenes para enfrentar un entorno económico cada vez más complejo y exigente.
