En un contundente informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Olivier De Schutter, relator especial sobre la extrema pobreza y derechos humanos, desafía la ortodoxia económica que promueve el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) como panacea para la pobreza global. Según De Schutter, esta creencia no solo es errónea, sino que está llevando al mundo a un precipicio ambiental y a una desigualdad rampante.
"Durante décadas hemos seguido la misma receta: primero hacer crecer la economía y luego utilizar la riqueza para combatir la pobreza. Esto ha resultado en un mundo al borde del colapso climático, donde una élite minúscula acumula una fortuna desmesurada mientras cientos de millones sufren en la pobreza extrema", declaró De Schutter.
El informe documenta cómo el enfoque exclusivo en el crecimiento económico ha exacerbado la destrucción ambiental y la desigualdad global. De Schutter aboga por un cambio de paradigma hacia una economía centrada en los derechos humanos, donde el bienestar social y ecológico prime sobre el aumento del PIB.
"No podemos seguir permitiendo que el PIB y el consumismo desenfrenado nos distraigan de lo verdaderamente esencial: garantizar que todos tengan acceso a una vida digna en un planeta saludable", enfatizó.
El relator especial también criticó cómo el crecimiento económico en los países del Sur Global ha fallado en reducir la pobreza, perpetuando un sistema basado en la explotación de mano de obra barata y recursos naturales para beneficiar al Norte Global.
Para De Schutter, la solución radica en reestructurar las políticas económicas hacia la financiación de servicios públicos universales, la condonación de la deuda y la implementación de impuestos progresivos sobre la riqueza y el carbono. Estas medidas, según él, son fundamentales para redistribuir la riqueza y combatir la desigualdad de manera efectiva.
El informe también destaca la urgencia de despenalizar la pobreza y el sinhogarismo, abogando por políticas que garanticen el acceso a una vivienda adecuada en lugar de criminalizar las necesidades básicas de las personas en situación de calle.
En resumen, De Schutter llama a un cambio de paradigma económico que priorice los derechos humanos y el bienestar sobre el crecimiento a toda costa. Es hora de repensar nuestro enfoque económico y político para construir un mundo más justo y sostenible para todos.