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Detener la emergencia climática es tarea de todos. También de las empresas. Aquellas compañías sostenibles que busquen realmente mejorar la salud de su plantilla marcarán la diferencia en la búsqueda de una sociedad más saludable y justa.
Cambio climático, salud y empresas

En vísperas al Día Mundial de la Salud, que se celebra el próximo viernes 7 de abril, es un buen momento para reflexionar en torno al rol del sector privado. Sin dudas, las empresas pueden tener un impacto significativo en la salud de sus empleados y en la comunidad en general. Por un lado, las compañías pueden promover la salud a través de iniciativas como programas de bienestar para empleados, políticas de trabajo flexible, y entornos de trabajo saludables. Estas iniciativas pueden reducir el estrés, fomentar hábitos saludables y mejorar la productividad y la satisfacción laboral.

Por el contrario, las empresas también pueden afectar negativamente la salud de los empleados y la comunidad si no toman medidas para prevenir riesgos laborales y ambientales. Por ejemplo, la exposición a sustancias químicas tóxicas en el lugar de trabajo puede tener efectos a largo plazo en la salud de los empleados, mientras que la contaminación ambiental puede afectar negativamente la salud de las personas que viven y trabajan en la zona. En general, es importante que las empresas tengan en cuenta el impacto que tienen en la salud de los empleados y la comunidad, y trabajen para minimizar los riesgos y maximizar los beneficios para la salud. Esto puede incluir la implementación de políticas y prácticas de salud y seguridad, la promoción de hábitos saludables en el lugar de trabajo, y la colaboración con las autoridades locales para abordar los problemas de salud pública en la comunidad.

Según la consulta sobre las empresas españolas y su contribución a la Agenda 2030, elaborada por el Pacto Mundial de las Naciones Unidas España, el ODS3. Salud y bienestar  fue trabajado por un 49% de las organizaciones. ¿Qué hemos aprendido de la pandemia? En 2022, un 46% de las empresas poseía una política de salud y bienestar para su plantilla, una cifra que se redujo en un 8%, tras la mayor oleada de casos de COVID-19.Un panorama que empeora si se tiene en cuenta la brecha entre políticas y medidas. De hecho, sólo un 44% tiene programas para promover la salud y bienestar dentro de la plantilla.

La distribución por tipo de empresas no es homogénea. Por ejemplo, dentro de las empresas de economía social, es el tercero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) más trabajados. Más de un 60% de las empresas trabaja para la mejora de este Objetivo, aunque sólo una de cada tres aproximadamente tiene un programa para promover la salud y el bienestar dentro de la plantilla.

A partir de estos datos, desde la iniciativa para la sostenibilidad afirman que las empresas saludables tienen un gran potencial para actuar contra el cambio climático. Según el Informe sobre Liderazgo Empresarial para lograr un planeta sano con personas sanas de UN Global Compact, el cambio climático, la degradación de nuestros sistemas naturales y la salud humana están íntimamente relacionados. En este sentido, los expertos advierten que, lograr un futuro próspero pasa por no limitarse a tratar los síntomas de las enfermedades; abordar el cambio climático es la mayor oportunidad del siglo para la salud mundial. Al mismo tiempo, contar con empresas sostenibles que mejoren la salud de su plantilla marcará la diferencia en la búsqueda de una sociedad más saludable.

Es preciso comprender la salud desde una perspectiva integral, comprendiendo que fomentar la salud es una responsabilidad empresarial que no sólo interpela al sector de la asistencia sanitaria. Por este motivo, es crucial conocer los impactos directos e indirectos en materia de salud en la sociedad, así como medidas políticas y fiscales para incentivar la salud. Además, diversas investigaciones muestran que el cambio climático representa costes sanitarios para la empresa. El informe sobre un planeta sano con personas sanas, indica que sus efectos pueden reducir la salud y la productividad en el lugar del trabajo. Un incremento de 1ºC por encima de una media de diez días aumenta la probabilidad de absentismo en un 5%. Si este incremento es durante un año, la productividad disminuye un 3%.

La contaminación atmosférica también causa pérdidas en la productividad. De hecho, sólo en el centro de Londres, la contaminación del aire causa más de 650.000 días de ausencia. Otro dato: el 48% de las empresas estadounidenses con actividad en China encuestadas declararon tener dificultades para contratar ejecutivos debido a la contaminación del aire. El sistema sanitario no puede proteger por sí sólo las vidas humanas. Problemas globales que se recogen en la Agenda de la humanidad requieren la involucración de las empresas. 

¿Qué pueden hacer las empresas para abordar el cambio climático y mejorar la salud?

Según datos oficiales, en el mundo entero el 90% de las niñas y niños respiran aire tóxico todos los días. El 40% de la población mundial está expuesta a la contaminación del aire. El 50% de la población vivirá en zonas con estrés hídrico. Ante esta situación es necesario:

  • Reforzar los sistemas de energías renovables,como la eólica y la solar, para reducir las emisiones de dióxido de carbono y con ello las enfermedades respiratorias asociadas a la contaminación atmosférica urbana.
  • Extender los bosquespara aumentar su capacidad de absorción de dióxido de carbono de la atmósfera.
  • Cambiar el sistema alimentario mundialde forma que se gestione la salud humana y la sostenibilidad medioambiental, por ejemplo, por medio de prácticas agrícolas sosteniblesdietas saludables.
  • Adoptar un enfoque de planificación urbana centrado en la salud, incluida la movilidad activa y ecológica.
  • Cambiar el estilo de vida, por ejemplo: comer menos carne, montar en bicicleta y reducir los viajes en avión.

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