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En Estados Unidos la principal causa de emisión de gases de efecto invernadero son los vehículos. Estos representan el 28% de la huella de carbono de la potencia mundial.  Para luchar contra esta situación es que se ha avanzado con esta importante medida que convierte a California en el primer Estado del país norteamericano en tomar una decisión de esta envergadura, que cuenta con el respaldo de los principales fabricantes de automóviles. Concretamente, la medida, entrará en vigor en 13 años y busca reducir de manera drástica las emisiones de dióxido de carbono impulsando la venta de modelos de coches híbridos para enchufar y eléctricos.

La medida fue aprobada el pasado jueves 25 de agosto por la Junta de Recursos del Aire de California (CARB, por sus siglas en inglés), el organismo estatal a cargo de combatir la contaminación ambiental quien ha determinado evitar la palabra prohibición en el anuncio de la nueva medida de protección ambiental. La junta ha explicado los fabricantes estarán habilitados a vender modelos híbridos que combinen el combustible con electricidad. Estos, no obstante, deberán tener una batería que permita una autonomía de 80 antes de cambiar a la combustión de gasolina.  

Si bien la propuesta es bastante radical, se irá implementando de forma progresiva. Así, se espera que para 2026 el 35% de los autos nuevos tendrán que ser cero emisiones, un porcentaje que deberá aumentar hasta alcanzar el 68% para el 2030 y el 100% en cinco años más. En caso contrario, se les penalizará a los fabricantes con multas de hasta 20.000 dólares por cada coche que no cumpla con las metas propuestas desde 2026. El desafío no es sólo que haya más vehículos eléctricos a la venta, sino que exista una infraestructura para sostener el mantenimiento de esos vehículos. Por el momento no hay suficientes centrales de carga para vehículos eléctricos como para que se duplique el número de automóviles eléctricos. Por tanto, las autoridades también deberán desembolsar unos 2.600 millones de dólares para construir puertos de carga de vehículos en toda la región. Asimismo, se aclara que no es cuestión solo de construir más centros de carga, sino de reforzar las plantas eléctricas. Para ello, el estado buscará cambiar hacia un modelo de energía limpia, por lo que las plantas eléctricas actuales ya están trabajando a su máxima capacidad.

Cabe destacar que la región ya viene avanzando rumbo a la descarbonización desde hace algunos años. Los datos son contundentes: mientras en 2012 solo el 2% de los autos vendidos eran eléctricos, para 2018 ya constituían el 7% de las ventas de vehículos nuevos. Y actualmente el porcentaje de vehículos no contaminantes alcanza el 16%, con un total de 1,13 millones registrados en el estado, entre eléctricos e híbridos. Es el 43% de todos los vehículos de este tipo que existen a nivel nacional.

Las expectativas puestas en esta iniciativa son muchas. Las autoridades californianas prevén que, con el plan, para 2040 las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad. Además, esperan recortar las emisiones de dióxido de nitrógeno, que tiene un rol crucial en la formación del smog, en un 25% para 2037. Empero, desde organizaciones ambientalistas manifestaron su descontento con la flexibilidad de la medida, ya que la prohibición no implica que para 2035 los autos a nafta dejarán de existir en el estado. Además, la medida se aplicará solo a vehículos nuevos. Seguirá siendo legal conducir vehículos con motor de combustión interna, adquirirlos en el mercado de segunda mano o en otro estado.

Un gran reto por delante

La propuesta ha sido pensada de manera integral, por tanto, California ofrece programas de incentivos para vehículos eléctricos (nuevos y de segunda mano), alternativas a la propiedad de un coche y financiación de infraestructura de carga. De este modo, además de las ayudas, el Gobierno afirma que los propietarios de vehículos electrificados pueden obtener hasta 7.500 dólares de ahorro durante los primeros diez años, dado el menor coste de mantenimiento y funcionamiento de estos vehículos.

No obstante los incentivitos públicos, el Estado de California se enfrente a un duro reto por cumplir. Un artículo publicado en el diario El País advierte que la venta de vehículos eléctricos representa en Estados Unidos solo el 4,4% del mercado, de acuerdo a la Alianza por la Innovación Automotriz, que representa a los principales fabricantes del sector. Se trata del número más alto registrado nunca y el doble de lo registrado en 2020. Además, es importante destacar que se trata de una tendencia al alza en un año marcado por los altos precios de la gasolina, que se han disparado por la guerra en Ucrania y la presión inflacionaria. La publicación citada analiza que los precios de los coches eléctricos son el principal obstáculo para las y los compradores.  Según datos del mercado, estos cuestan, en promedio, unos 66.000 dólares, mientras que los modelos de gasolina se pueden comprar con 45.000 dólares de media. Frente a esto, las autoridades consideran que los precios de los eléctricos bajarán durante os próximos ocho años para acercarse a los modelos de combustión.

Luego de este importante anuncio en materia de lucha contra el cambio climático, los estados de Washington y Massachusetts ya han dicho que seguirán el ejemplo de California. Aunque sin precedentes en EE.UU., la de California no es la primera iniciativa de este tipo a nivel internacional. El Parlamento Europeo respaldó en junio un plan para prohibir la venta de vehículos a nafta y diésel en los 27 países del bloque para 2035.  Canadá, el Reino Unido y varios países europeos se han fijado metas nacionales para acabar con los coches de combustión entre 2030 y 2040.  En nuestro país, la Ley de Cambio Climático, por ejemplo, veta la venta de coches de combustión a partir de 2040 y las principales instituciones de la Unión Europea han apoyado ya adelantar hasta 2035 el fin de los coches de combustión.

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