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Aire puro, cada vez más escaso en las ciudades españolas

¿Hemos aprendido la lección post pandémica? A esta pregunta intentó buscar respuesta el informe del Observatorio de Sostenibilidad (OS) que recopila la información de las tendencias en la calidad del aire de las ciudades a partir de la Agencia Europea de Medio Ambiente.Los tres contaminantes clave cuya evolución analiza el informe han sido el N02, PM10 Y PM2,5 en las 80 mayores ciudades que suponen unos 19 millones de habitantes del país, (alrededor de un 40% de la población del país que está sometido a la peor calidad del aire) durante el año 2021 y lo ha comparado con los años anteriores.

Luego de los meses de confinamiento más estricto, producto del cese de la actividad económica, los viajes y las principales actividades productivas, en España y en el mundo entero la calidad del aire fue mejor. Sin embargo, la ilusión duró poco, y algunos meses después la contaminación volvió a reinar. La investigación llevada a cabo por el OS tuvo el objetivo de analizar las ciudades que más han mejorado y las más contaminadas. Asimismo, analiza el efecto post covid19 de la contaminación en las 80 ciudades más pobladas de nuestro país y el efecto de esto en la salud las personas.

Según el estudio, las ciudades con mayor concentración de NO2 son aquellas que conforman áreas urbanas de mayor tamaño, con gran población y en correspondencia con mayores parques de automóviles, de manera que se pueden señalar claramente las grandes conurbaciones de Madrid, Barcelona y la muralla urbana de la costa de Málaga y Zaragoza como las zonas con calidad del aire más baja debido a NO2.

Así, una de las conclusiones más importantes –y graves- que se desprenden del estudio es que el nivel de contaminación del aire en las ciudades españoles es alto. El caso de Madrid con 3,2 millones de habitantes con niveles de 29 µg/m3 o Barcelona de 24 µg/m3 en 2021 siguen siendo elevadísimos. Esto trae consecuencias en la salud de las personas, especialmente en poblaciones más vulnerables. Lo cual debiera ser una gran preocupación para el conjunto de la sociedad, y especialmente, para los responsables políticos.

Pero no todas son malas noticias. Si bien la contaminación continúa siendo preocupante en términos generales, el informe del OS advierte que los niveles medios de contaminación en 2021 han sido muy similares a la media del año 2020, cuando se produjo el confinamiento. Además, el documento distingue 4 categorías en función de los tamaños de las ciudades que están relacionados con los niveles de contaminación. Aquí tampoco se ven diferencias significativas con los valores de 2020 excepto en las ciudades más pequeñas donde si se observa incremento en las concentraciones de NO2. Sin embargo, en el tiempo si se observa un incremento de contaminación conforme se va acercando el fin de año.

En dióxido de nitrógeno de las ciudades más grandes que más han mejorado sus niveles de contaminación han sido Valencia, Málaga y Sevilla mientras que Zaragoza y Madrid la han empeorado. Por su parte, en las ciudades grandes intermedias las que más han mejorado han sido Murcia, Alicante y Palma de Mallorca. Las que han aumentado fueron Vigo y Valladolid.

La otra categoría que ha construido el informe es la de ciudades entre 1000 y 250.000 mil habitantes. Entre ellas las que más han reducido han sido Castellón de la Plana, Cartagena y Logroño y las que han aumentado han sido Leganés, Salamanca y Badajoz.  Por último, en el grupo de ciudades más pequeñas las que más han mejorado han sido Gandía, Palencia, Avilés y las que han aumentado Guadalajara, Ciudad Real y Arrecife.

Por último, el informe señala una serie de recomendaciones para mejorar la calidad del aire y, eventualmente, poder revertir los resultados para los próximos años. En primer lugar,  respecto al NO2,y partículas los expertos afirman que se observa la necesidad de disminuir el tráfico, establecer desde zonas peatonales, uso de bicicleta, motos y coches eléctricos, transporte público no contaminante, más baratos y de mayor frecuencia, flotas de bajas emisiones, medidas desincentivadoras del coche privado pero también reducción de emisiones de grandes industrias incluso a docenas de km, incineradoras, polígonos industriales, gestión de residuos, calefacciones domésticas. En esta misma línea, sugieren que en los momentos de máxima contaminación será muy recomendable el hacer gratuito el transporte público

En segundo lugar, los expertos analizan que es necesario evaluar desde la óptica de políticas públicas cuales son las mejores acciones para disminuir estos niveles de NO2 y de partículas que tengan un menor impacto en la población. Cualquier medida que implique una disminución de emisiones a corto, medio y largo plazo es positiva y repercutirá en una mejora de la calidad del aire y directamente en la salud de las personas.

Mejorar la calidad del aire que respiramos a diario debiera ser una prioridad en la agenda de todos los gobiernos. Disminuir los niveles de contaminación implica mejorar nuestra salud y la del planeta.  El reto será lograr la calidad del aire que tuvimos durante los meses de confinamiento sin estarlo ¿podremos?

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