El derecho a la solicitud de asilo es una garantía fundamental que debe respetarse y garantizarse. Debe preservarse, especialmente en situaciones extraordinarias o períodos de emergencia sin excepción. Sin embargo, pese a que los tratados de Derechos Humanos y compromisos internacionales lo explicite claramente, muchas veces la Unión Europea hace oídos sordos. La situación es compleja y en el medio millones de vidas inocentes quedan en el camino. Pese al compromiso de muchos países de la UE con las leyes y los principios europeos e internacionales en materia de DD.HH y de refugiados, durante 2021 se produjeron violentos rechaces en sus fronteras.
Ante esta situación, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha hecho un llamamiento a la Presidencia francesa del Consejo de la Unión Europea (UE), y a la República Checa, que la asumirá en julio próximo, a priorizar y dar una mejor protección a los refugiados tanto en Europa como alrededor del mundo y emitió una serie de recomendaciones.
Gonzalo Vargas Llosa, representante de ACNUR para Asuntos de la Unión Europea, rrecordó que ese bloque europeo es una comunidad cimentada en el estado de derecho, pero en la que frecuentemente se evidencian “posiciones y actuaciones divisorias y politizadas que buscan eludir las obligaciones de asilo”. Así, se llama a ambas Presidencias a promover una reforma sostenible del sistema de asilo y a lograr avances en cuestiones clave como la solidaridad en el seno de la Unión, y unas condiciones de acogida adecuadas y unos procedimientos de asilo justos y rápidos para determinar rápidamente quién necesita protección internacional y quién no, de conformidad con las garantías legales.
La movilidad entre países y el movimiento de personas ocurre desde tiempos inmemoriales y, con el aumento de las situaciones críticas (conflictos bélicos, catástrofes climáticas, crisis políticas, etc.) en los países menos desarrollados, la migración y la solicitud de asilo ha ido en aumento a lo largo de los años. En este escenario, la solidaridad debiera primar, aunque, por el contrario, muchas veces es lo que falta.
En este escenario, ACNUR destaca que el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo ofrece a la Unión Europea la oportunidad de pasar de un enfoque determinado en materia de migración y asilo a uno mucho más amplio, bien gestionado y fiable. Asimismo, el organismo internacional calificó como “urgente” acabar con las devoluciones de migrantes y refugiados, crear Mecanismos Nacionales Independientes de Seguimiento para investigar esos retornos, aplicar medidas para mejorar su búsqueda y rescate y garantizar un desembarco verificable de las personas rescatadas en alta mar.
Ante la falta de consenso sobre la aplicación de un marco común de asilo en la Unión Europea, el organismo manifestó su preocupación ante “propuestas de externalización o subcontratación” de las obligaciones de asilo en otros países y recordó que este tipo de iniciativas contravienen el espíritu de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados y del Pacto Mundial sobre los Refugiados.
"En un momento en el que el número de personas desplazadas por la fuerza en el mundo ha alcanzado su máximo histórico, en el que las necesidades humanitarias aumentan y, sobre todo, en el que el número de llegadas a la Unión sigue siendo manejable, es esencial que la Unión Europea y sus Estados miembros vuelvan a comprometerse con la solidaridad, hacia las personas, dentro del bloque y entre los Estados y con los países que acogen a la mayoría de los refugiados", concluyó Vargas Llosa.
