El pasado 23 de julio se llevó a cabo la primera reunión conjunta de ministros de Energía y Medio Ambiente del G20. Durante su participación, el Dr. Birol hizo varias intervenciones en la reunión ministerial, subrayando la necesidad de una acción urgente para acelerar la transición hacia la energía limpia y reforzar la cooperación internacional. Durante el evento, señaló que está surgiendo una nueva economía energética mundial, con muchas de las tecnologías que el mundo necesita para llegar a la energía neta cero ya disponibles y con más innovaciones que pueden ayudar a terminar el trabajo, pero se necesitan esfuerzos políticos y de inversión mucho mayores para que esto sea una realidad.
La Presidencia italiana del G20 había invitado a la Agencia Internacional de Energía (AIE) a ser un socio estratégico para su trabajo en materia de energía y clima, y para ayudar a informar sus debates sobre la recuperación sostenible tras la pandemia, así como sobre la inversión y las finanzas. La reunión de Nápoles tuvo lugar 100 días antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático COP26 en Glasgow a modo de antesala de las discusiones que allí se desarrollarán.
La AIE ha desarrollado un nuevo Rastreador de Recuperación Sostenible mide cuánta inversión en energía limpia se moviliza mediante los enormes paquetes de recuperación económica que los gobiernos promulgaron en respuesta a la crisis de Covid-19. Los primeros resultados dejan clara la necesidad de que los gobiernos intensifiquen sus esfuerzos rápidamente.
Durante su intervención, el mandatario sostuvo que, hasta ahora, sólo un 2% del gasto en recuperación económica se ha destinado a la transición hacia la energía limpia. Aunque es comprensible que el gasto gubernamental se destinara inicialmente a la salud pública y al alivio económico inmediato, la inversión en medidas de energía sostenible tendrá que aumentar drásticamente si los países quieren alcanzar sus objetivos climáticos. Con los actuales planes de gasto de recuperación de los gobiernos, las emisiones mundiales de dióxido de carbono alcanzarán niveles récord en 2023 y seguirán aumentando en los años siguientes.
Entre otros hallazgos expuestos por Briol, se destacan los datos que muestran que las ciudades son las que más contaminan, pero también son estas las que pueden tener la clave de un futuro más limpio. Las ciudades representan el 50% de la población mundial, el 80% de su producción económica y el 70% de sus emisiones de carbono. Y la mayoría de las megalópolis del mundo van a seguir creciendo en las próximas décadas. Sin embargo, al mismo tiempo, las ciudades son incubadoras de tecnologías de vanguardia, y su densidad y tamaño ofrecen enormes economías de escala. Esta combinación de factores las sitúa en la vanguardia para encontrar soluciones creativas a los retos climáticos y energéticos.
Otro importante tópico que se trató durante la reunión fue el creciente papel de la electricidad y cómo este está reconfigurando la seguridad energética. El concepto de seguridad energética es cada vez más amplio y dinámico a medida que los sistemas energéticos mundiales se transforman. El representante de la AIE destacó que la energía solar y la eólica son cada vez más competitivas en cuanto a precios, pero su producción variable hace que necesiten el apoyo de la energía hidroeléctrica, la nuclear y otras fuentes. Todo ello requiere redes más grandes, más integradas y más inteligentes. Las claves de la seguridad energética en este nuevo entorno son la eficiencia, la diversidad y la flexibilidad.
De este modo, con grandes expectativas de cara a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, la reunión dejó sentados algunos de los temas que serán prioritarios durante el importante evento de proyección mundial.