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No todas son malas noticias estos días. Tras la crisis sistémica que se desató en la mayoría de los países de la región luego de la llegada de la pandemia, es momento de pensar en la recuperación. De cara a re componer las economías, las finanzas sostenibles están adquiriendo una importancia estratégica cada vez mayor en la región. Así lo explica un informe recientemente publicado por la iniciativa internacional Climate Bonds. Este afirma que la Unión Europea ha destinado ya 500.000 millones de dólares en inversión verde como parte de su compromiso de lograr la neutralidad climática dentro de 30 años. La publicación concluye que la pandemia ha logrado poner en el centro del debate la problemática medioambiental.

En los últimos años las finanzas sostenibles han ganado terreno a nivel mundial. Indudablemente, los modelos económicos tradicionales ya han dado muestra de que deben ser transformados por propuestas superadoras. En este marco, la pandemia no ha hecho más que acelerar una tendencia que venía en alza en torno a la sostenibilidad. Un informe recientemente publicado por la iniciativa internacional Climate Bonds analiza el avance de las finanzas verdes en la Unión Europea y muestra un panorama muy alentador.

Los bonos verdes se destinan a la financiación de proyectos verdes, es decir, a la inversión en activos sostenibles y socialmente responsables en áreas tan diversas como las energías renovables, la eficiencia energética, el transporte limpio o la gestión responsable de los residuos. De esto modo, Las líneas de financiamiento verde buscan incentivar la creación y desarrollo de proyectos que promuevan la protección y conservación del medioambiente, además de la adopción de procesos de producción sostenibles.

La Unión Europea (UE) se ha comprometido a lograr la neutralidad climática para 2050, y la respuesta de los gobiernos y las empresas sugiere que la financiación verde está adquiriendo una importancia estratégica cada vez mayor en este escenario. Las cifras hablan por sí solas: el continente europeo superó los 500.000 millones de dólares acumulados en emisiones verdes a finales de abril, según la investigación citada.

Si bien la pandemia aún no ha terminado, la llegada de la vacuna ha hecho que el panorama sea cada vez mejor y con ello la economía se ha ido recuperando paulatinamente. De cara a este nuevo momento que algunos llaman “nueva normalidad”, el estudio realizado por Climate Bonds muestra que la UE tiene previsto destinar casi un tercio de su enorme programa de recuperación a inversiones verdes. Los gobiernos nacionales de Europa también están siguiendo esa misma línea. En 2021, Italia lanzó al mercado su primer bono verde soberano, mientras que España, Dinamarca y el Reino Unido (la mayor economía europea no perteneciente a la UE) han manifestado su intención de seguir el ejemplo.

La cifra que ya ha logrado alcanzar el viejo continente en inversión verde es realmente histórica. Para esto, un gran número de países han contribuido: el mercado nacional de Alemania superó los 100.000 millones de dólares. El mercado alemán es el segundo en tamaño tras los 137.000 millones de dólares emitidos en Francia. Por su parte, los Países Bajos ocupan el tercer lugar, con 60.000 millones de dólares, Suecia el cuarto, con 47.000 millones de dólares, y España el quinto, con 42.000 millones de dólares.

La publicación afirma que la influencia de la Unión Europea en el auge de las finanzas verdes en el continente es digna de reconocimiento.  En este sentido, el documento explica que estas serán una palanca clave rumbo al cumplimiento del Pacto Verde Europeo, la estrategia medioambiental emblemática que compromete al bloque a ser neutral desde el punto de vista climático para 2050.

Un factor importante en la aceleración de este tipo de finanzas respetuosas con el medio ambiente es la llegada de la cumbre del clima COP26 según advierte la publicación.  Se prevé que la cumbre de este año provoque una proliferación de iniciativas de financiación verde, ya que los gobiernos tratarán de demostrar sus credenciales de liderazgo climático ante el mundo. A pesar de que el contexto actual es por demás complejo, hay luces de esperanza. Los expertos de Climate Bonds sostienen que los gobiernos europeos han comenzado la tarea de limpiar el capital y las economías de todo el continente produciendo un crecimiento significativo en sus mercados de finanzas verdes.

Las finanzas verdes han tomado un impulso notable en Europa en los últimos años, sin embargo, el documento concluye que, a pesar de este innegable progreso, la emisión mundial de instrumentos de deuda verde tendrá que seguir ganando terreno para financiar la necesaria transición a una economía baja en carbono en los próximos años. El acuerdo de París es tan ambicioso como necesario y en este marco los avances que la Unión Europea ha logrado hasta hoy son celebrables, pero para alcanzar los compromisos asumidos y efectivamente no dejar a nadie atrás, ni a las personas ni al planeta, será preciso pisar el acelerador.  

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