El proyecto “Gastronomía Sostenible” de BBVA fue lanzado en junio de 2020 para seguir apoyando a uno de los ámbitos más afectados en el momento que más lo necesitan. Este ha contado con la participación de productores del sector agrario, ganadero, vinícola y de transformación de productos. Muchos emprendedores han podido dar a conocer sus productos a los suscriptores de las cestas, pero también a la comunidad de ‘Gastronomía Sostenible’, un ecosistema que difunde desde recetas de los hermanos Roca hasta consejos nutricionales para sacar el mayor provecho a los productos de temporada.
Gracias a la iniciativa, los hermanos Roca han ampliado también su conocimiento hacia “la amplia variedad de empresas que toman la sostenibilidad como base de su trabajo”. En este sentido, Joan Roca afirma que: “Gastronomía Sostenible" nos está permitiendo sensibilizar sobre lo importante que es la alimentación y la cocina saludable, y lo necesarios que son esos pequeños productores de cercanía que miman el producto cuidando a la vez del planeta con una explotación sostenible y responsable de sus recursos”.
Desde su nacimiento, los objetivos del proyecto han sido: el primero, ayudar a los pequeños productores, meta que se está cumpliendo ampliamente. De igual forma, la iniciativa está promocionando hábitos de cocina saludable a través de productos de proximidad y temporada. En este sentido, las suscripciones a las cestas han alcanzado el máximo de producción disponible y ya hay lista de espera. El modelo de los envíos, autofinanciado y sin beneficio económico ni para El Celler de Can Roca ni para BBVA, impide crecer en número de cestas para mantener la sostenibilidad y respetar la producción de los pequeños productores que colaboran.
Las empresas son seleccionadas por el equipo de El Celler de Can Roca en función de la temporalidad de los productos y su compromiso ambiental. Algunas de ellas eran ya proveedores habituales del restaurante, otras lo son ahora tras su paso por el proyecto.
Es el caso de agricultores ecológicos como Roger Soler, de El Petit Bané. Seguidor del proyecto por redes sociales, recibió la llamada de los hermanos Roca para participar con sus verduras en la cesta del mes de febrero. “Lo que queremos los pequeños agricultores es promocionar nuestras verduras y el hecho de poder participar en este proceso nos levanta el ánimo, nos ayuda y nos gusta porque se valora nuestro trabajo”, comenta.
Opinión que comparte Julia Casado, propietaria de la bodega La del Terreno: “La iniciativa es un acto de generosidad con los pequeños productores de alimentos de calidad y respetuosos con la tierra, porque supone una importante contribución económica y reputacional”. Para la enóloga, incluir sus productos en las cestas “nos ayudan a llegar a mucho más público a la vez que supone para nosotros prestigio y visibilidad. Y genera un impacto importante sobre las ventas nacionales, e incluso internacionales, algo que puede determinar nuestra supervivencia en un momento tan complicado como este”.
