Con el apoyo de la Fundación, más de un millón de emprendedoras acceden a microcréditos, a cuentas de ahorro y a educación financiera para mejorar sus condiciones de vida. Ellas representan el 60% de los más de 2 millones de personas a las que atiende la FMBBVA en América Latina: el 41% de estas mujeres tiene educación primaria como máximo, el 45% son cabezas de hogar con familiares a su cargo y el 26% vive en el campo.
Entre sus proyectos, Palabra de Mujer (Perú), que sigue una metodología grupal para que las mujeres de zonas alejadas y excluidas del sistema financiero tengan acceso a crédito, aprendan la importancia del ahorro y a gestionar sus pequeños negocios. En República Dominicana, el crédito Agromujer permite a las agricultoras trabajar el campo y vivir de él. En ese país, la FMBBVA también da apoyo a víctimas de violencia de género, en alianza con la Fiscalía del Distrito Nacional, para que puedan reconstruir sus vidas fomentando el emprendimiento. Y en Chile, donde las mujeres representan más del 80% de los emprendedores a los que atiende la Fundación en el país, está la Escuela de Emprendimiento. En ella, se les forma durante dos años en áreas como desarrollo del negocio, empoderamiento o bienestar familiar.
“El empoderamiento de la mujer es fundamental para la dignidad de las mujeres”, ha dicho en Washington el director general de la Fundación, Javier M. Flores. “Por nuestra experiencia, sabemos que en las mismas condiciones que los hombres, los emprendimientos de las mujeres crecen más, proporcionalmente ellas ahorran más y lo invierten en nutrición, salud y educación para sus hijos”, ha añadido. Le ha hecho entrega del premio el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien ha destacado que “la estrategia transversal de la Fundación fomenta la independencia económica de las mujeres prestando atención a sus inquietudes, a sus necesidades y a los obstáculos a los que se enfrentan” (en la imagen, de derecha a izquierda).
