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El mercado potencial del turismo accesible se sitúa en 5.968.261 ciudadanos (personas con discapacidad, acompañantes, etc), de los cuales, un 56% admite no salir de vacaciones por falta de accesibilidad en alguno de los puntos del ciclo del viaje, según un informe de la Fundación Adecco.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “la apuesta por el turismo accesible no sólo es rentable para la economía española, sino que se erige como un derecho fundamental y un vehículo clave para el desarrollo integral de los ciudadanos. La posibilidad de tener un empleo (trabajo) y de realizar turismo (ocio), constituye la dualidad básica de realización personal. En pleno siglo XXI, no podemos privar a nadie de estos elementos, y mucho menos por razón de discapacidad”.

Si se adaptaran todos los entornos y servicios de los traslados y destinos podrían recuperarse 3.342.226 turistas con necesidades de accesibilidad, lo que se traduce en una estimación de 90.806 nuevos puestos de trabajo. Si a ellos añadimos una aproximación de 14.000 contratos que se crearían en el ámbito de la Información y Comunicación accesible, el potencial de empleos que podrían generarse ascendería a 104.806.

Además, Mesonero añade que: “en un contexto de récord de envejecimiento, la mayor inversión en accesibilidad promovería el turismo senior y éste, a su vez, un descenso en los niveles de estacionalidad (los jubilados viajan fuera de temporada). Esto no sólo supondría unos ingresos extra para el sector, sino que posibilitaría la permanencia de puestos de trabajo, el mantenimiento de las cotizaciones salariales y el ahorro de subsidios de desempleo”.

La Fundación Adecco ha realizado una encuesta a 500 personas con movilidad reducida y otras discapacidades y uno de los resultados más llamativos es que el 56% decide no irse de vacaciones por falta de accesibilidad en alguno de los puntos del ciclo del viaje. Este dato es un indicador de la aún lejana inclusión de las personas con discapacidad siendo el ocio, en este caso el turismo, uno de los pilares básicos para su desarrollo integral.

La accesibilidad se ha convertido en un requisito básico para medir la calidad de los servicios turísticos. Sin embargo, y a pesar de los incuestionables esfuerzos que se han realizado durante los últimos años, siguen existiendo aún grandes retos que nos impiden hablar de un turismo accesible integral. Aquí exponemos algunos de ellos:

  • Construir una “cadena de accesibilidad” completa. A menudo, cuando hablamos de turismo accesible pensamos únicamente en la accesibilidad del lugar de destino. Sin embargo, en la planificación del viaje se identifican muchas fases: la reserva online o en la agencia de viajes, el desplazamiento hasta el punto de salida, el acceso al alojamiento turístico, la vuelta al lugar de origen…la accesibilidad debe estar presente en todos los eslabones.
  • Del catálogo a la experiencia integral. El desarrollo del turismo accesible en nuestro país se ha basado, tradicionalmente, en la publicación de guías de viaje que incluyen destinos de viaje y servicios accesibles. Sin embargo, estas publicaciones son meros inventarios de recursos que no contemplan la accesibilidad de forma integral, por lo que resultan muy deficitarias al flaquear siempre en alguno de los eslabones.  
  • Inexactitud criterio de accesibilidad- ausencia distintivo oficial. No existe un distintivo único de turismo accesible en España, con pautas homogéneas en las distintas adaptaciones. Como resultado, la oferta turística accesible no es fiable, la información es inexacta y ello revierte en continuas reclamaciones de los usuarios, que se ven obligados a llamar previamente para contrastar la información que han encontrado. El desconocimiento está detrás de estas situaciones y podría solventarse con unas pautas claras y rigurosas, recogidas en un distintivo único y oficial.
  • Normalización de costes. Según Enrique Rovira-Beleta, arquitecto especialista en accesibilidad, “en la mayoría de los establecimientos hoteleros únicamente disponen de las habitaciones accesibles a las que obliga la normativa, si han realizado obras en su establecimiento, y algunas veces, están ubicadas en los espacios menos atractivos: son interiores, lejanas y no se utilizan con normalidad, cuando podrían ser muchas las habitaciones accesibles con pequeños cambios y, además ser de uso para todos, al ser más cómodas y seguras”.
  • Accesibilidad desapercibida. En la actualidad, las actuaciones de accesibilidad siguen siendo demasiado evidentes y especiales; sin embargo, la accesibilidad de calidad es la que pasa desapercibida, según Enrique Rovira-Beleta: “el objetivo de la accesibilidad desapercibida es simplificar la vida de todos, haciendo que los productos, servicios, espacios, comunicaciones y entornos sean más útiles para un mayor número de personas, con un coste económico adicional bajo o nulo y un diseño normalizado.

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