En 2013, una terrible tragedia, una más, sacudió Bangladesh. El complejo textil Rana Plaza se derrumbó causando más de 1.100 muertos y 2.500 heridos. a raíz de esta catástrofe, calificada por muchos como "homicidio industrial", se firmó el Acuerdo para la prevención de incendios y la seguridad en los edificios (ACCORD). En mayo termina y está previsto que se renueve una colaboración que "puede salvar vidas, cambiar esta industria y ofrecer un modelo nuevo a otras iniciativas, puede contribuir al avance de los derechos laborales en las cadenas de suministro en todo el mundo", según explica Víctor Garrido, coordinador del IndustriALL Global Union del Acuerdo Marco Internacional con Inditex y y miembro de la Secretaría de Acción sindical Internacional de CCOO de Industria.
"Este acuerdo ha de contribuir a hacer realidad, en el área que le afecta, de la promoción del trabajo decente en el mundo, uno de cuyos pilares es la organización sindical de la clase trabajadora en cada país. Para tal objetivo vamos comprobando día a día la significación de las iniciativas para que, tanto desde las instancias empresariales multinacionales como de las sindicales globales, asumamos nuestras responsabilidades en las cadenas de suministro mundiales", afirma Víctor Garrido.
El primer Acuerdo, firmado el 15 de mayo de 2013, fue suscrito por más de 200 marcas internacionales, entre las que estaban 5 empresas españolas (Inditex, Mango, El Corte Inglés, Mayoral Moda Infantil SAU y Textiles Padma). Jurídicamente vinculante, entre marcas y sindicatos, su objetivo ha sido conseguir una industria de prendas de vestir hechas en Bangladesh de una forma segura y saludable para numerosas marcas globales entre las que se incluyen minoristas e importadores de más de 20 países de Europa, América del Norte, Asia y Australia. Un acuerdo firmado con dos sindicatos globales, IGU y UNI (industria y servicios), ocho sindicatos9 de Bangladesh y cuatro ONG (con voz pero sin voto).
El ACCORD es responsable de la supervisión de 1.677 fábricas, con alrededor de 2 millones de personas trabajando en ellas. Entre sus aspectos clave, podría citarse la obligación de realizar aportaciones económicas para su aplicación de hasta 500.000 dólares anuales por parte de cada una de las marcas firmantes; crear un programa de inspección independiente cuyos resultados se hagan públicos; compromiso de las marcas signatarias para garantizar suficientes fondos para la remediación de los problemas que se detecten y para mantener los acuerdos de compra o empoderar a los trabajadores a través de un amplio programa de capacitación, un mecanismo de quejas, y con derecho a rechazar el trabajo inseguro.
Objetivos cumplidos hasta ahora
Se han inspeccionado 1.631 fábricas, es decir, casi todas. Y se han implantado todas las acciones correctivas necesarias. Las marcas signatarias tuvieron que dar por terminadas sus actividades comerciales con 96 fabricantes. Ademas. se han cerrado 188 fábricas por diferentes motivos. El 41,3% de las fábricas está en proceso de instalar mejores sistemas de detección y alarma contra incendios. Y no se ha producido ninguna muerte por incendio o colapso estructural en las fábricas donde se completó la inspección y se iniciaron las renovaciones.
En el nuevo ACCORD, que entra en vigor el próximo mes de mayo, además de mantenerse los compromisos anteriores, se reconoce la significación de la libertad sindical; incluye una mayor protección para los trabajadores cuyas fábricas están cerradas o son reubicadas debido a problemas de seguridad, con un requisito de indemnización si los trabajadores pierden su empleo y, además, prevé una eventual transferencia de sus funciones a un organismo regulador nacional apropiado, una vez que éste exista, y se compromete a contribuir a su desarrollo mediante la creación de capacitación y el intercambio de experiencias y conocimientos. Es ésta una cuestión muy importante porque supone una contribución a que las instituciones del país asuman plenamente sus responsabilidades.
Este acuerdo es crucial en un país que es el segundo mayor exportador mundial de prendas de vestir, y su participación en el mercado mundial está creciendo. El año pasado el sector del textil, vestuario y de la piel, representaba ya, el 82% de sus exportaciones totales.