El pasado jueves 26 de marzo tuvo lugar en la Torre de Cristal de Madrid la presentación del informe “Más valor social en 2033, nuevas oportunidades para las empresas” impulsado por la fundación PwC y la organización Ashoka. El informe está englobado en la colección “España 2033”, una serie de documentos que pretenden anticipar el futuro para tomar hoy las decisiones que afectarán a nuestro mañana.
¿Cuáles son los retos sociales a los que se enfrentará España en el futuro? ¿Y cómo podemos darles respuesta creando valor? La colaboración público-privada-tercer sector es la solución de futuro y el informe “Más valor social en 2033, nuevas oportunidades para las empresas” analiza el poder de esta relación. Evalúa cómo generar proyectos y lograr cadenas de valor social compartidas que tengan éxito y den respuesta eficaz a las necesidades de todas las partes. Las conclusiones, presentadas por Antonio Marínez Dalmau, cuentan con diversas estrategias para el éxito de las cadenas de valor económico social y con el establecimiento de tres objetivos que debemos perseguir en el desarrollo de proyectos que generen impacto social.
El acto de presentación contó con la presencia de Antoni Ballabriga, director global de Responsabilidad Social Corporativa de BBVA; Carmen Becerril, consejera de Acciona y patrono de la fundación Acciona Microenergía y Ana Sáenz de Miera, directora de Ashoka Emprendedores Sociales en España y Portugal, en una mesa redonda moderada por Jordi Sevilla, ex-ministro de Administraciones Públicas y actual senior advisor de Pwc.
Durante esta jornada se celebró una coloquio en la que los protagonistas discutieron sobre el papel de la empresa privada en los principales retos sociales del futuro. Antoni Ballabriga señaló que nos encontramos en un “momento clave para afrontar esta nueva era, que nos pide mucho más”, y destacó que, aunque los bancos han reaccionado tarde, apuestan por un “cambio cultural que requiere tiempo para conquistar la confianza”. Por otra parte, Carmen Becerril, de Acciona; habló de la ventaja de que no exista teoría acerca de cómo alcanzar el perfil de empresa que espera la sociedad, por lo que “no se puede ser políticamente correcto”. A su vez destacó que “la RSC ya no es un nicho para reconciliarse con la sociedad, porque la empresa vive en la sociedad”. Finalmente, Ana Sáenz de Miera ofreció otro punto de vista en el que explicó que “cuando las empresas se alían con los emprendedores sociales también tienen beneficios” y declaró que hoy en día “ni la RSC ni la reducción del impacto es suficiente”.
En conclusión, todos los participantes apoyaron el informe basándose en la necesidad de un trabajo y un diálogo conjunto entre administraciones, sector privado y el tercer sector como solución a los retos que están por venir.
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