Infraestructuras verdes frente a las grises, reutilizar el agua de lluvia en lugar de tirarla por el desagüe, pavimentos permeables… En definitiva, trabajar con la naturaleza y no en su contra es rentable social, ambiental y económicamente. China es la pionera, Para el año 2020 se construirán dieciséis ciudades esponja piloto en un área de más de 450 kilómetros cuadrados.