Naciones Unidas recuerda a los responsables políticos su obligación de proteger a las personas migrantes después de su rescate en el mar. Se trata de una cuestión de Derechos Humanos fundamental: el compromiso proactivo de todos los Estados es primordial para crear condiciones que garanticen el respeto de los principios de derechos, incluido la prohibición de la devolución y la prevención de daños graves u otros riesgos.