Hace unas semanas nos despertamos con las declaraciones de la presidenta von der Leyen instando a los estados miembros a adoptar medidas urgentes para conseguir un ahorro energético del 15% (más tarde 8% en el caso de España) para hacer frente al chantaje energético de Putin.Hasta aquí, todo bien. En aquel momento parecía que tanto oposición como gobierno estaban de acuerdo en la consideración de que valía la pena aunar esfuerzos y ahorrar energía (por supuesto, siempre con alguna reserva que otra, pero sin salidas de tono). Y es que no hace falta que venga una guerra para recordarnos que nunca viene mal ahorrar energía frente a una emergencia climática cada vez más acuciante. Pero, además, hay guerra.