La incorporación de la educación ambiental en los currículos escolares se ha convertido en una necesidad urgente en el contexto de la crisis climática. Sin embargo, su implementación efectiva está lejos de ser homogénea, y las comunidades más desfavorecidas suelen ser las que menos acceso tienen a programas educativos sólidos en esta materia. Esto plantea interrogantes sobre el papel de la educación como herramienta para fomentar la equidad social y promover prácticas sostenibles.