La entidad financiera da un paso más en su estrategia de sostenibilidad y su fuerte compromiso medioambiental mediante el anuncio de que dejará de financiar a clientes cuyas actividades basadas en carbón representen más del 5% de sus ingresos. Esta nueva disposición regirá para antes de 2030 en los países desarrollados y antes de 2040 en el resto de países en los que está presente la banca. La decisión se encuentra alineada con la propuesta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático que consistente en limitar la subida de las temperaturas a un máximo de 1,5ºC y con la ambición de conseguir una economía neutra en carbono para 2050.